Los altos costos de la anexión

AutorPatricia Lee Wynne

El regreso de Crimea "a la patria" fue celebrado con fiestas y ceremonias desde Siberia hasta la plaza Manezh de Moscú, donde un concierto popular festejó el martes 18 la decisión de acoger a la República Autónoma como el estado 84 de la Federación Rusa.

La medida, que fortalece al presidente Vladimir Putin en Rusia y le permite cerrar filas en torno a la amenaza externa contra sus oponentes, tendrá, sin embargo, altos costos diplomáticos y económicos.

Tras décadas de retroceso, la recuperación de Crimea, regalada en 1954 a Ucrania -"como una bolsa de papas", a decir de Putin- ha sido vista en el país como el regreso de Rusia a la escena mundial, tras décadas de retroceso.

"Se abrió una nueva página en la historia de Europa", opina Dmitri Trenin, director del Centro Carnegie de Moscú. "Rusia dejó de retroceder de puntillas y por primera vez en un cuarto de siglo dio un paso adelante", dice.

Putin apeló a las cuerdas más sensibles del alma rusa: su patriotismo y su orgullo. Durante el discurso que pronunció el martes 18 ante el Parlamento de su país, recordó la epopeya de la Segunda Guerra Mundial, cuando millones de vidas soviéticas se sacrificaron para derrotar al nazismo.

Rememoró en particular las batallas heroicas libradas en Crimea, como la de la fortaleza de Sebastopol, la cual resistió el asedio alemán durante 250 días, para ser liberada en mayo de 1944, hace 70 años. Desde las tribunas de la plaza Manezh uno de los oradores dijo que "Sebastopol es el Sta-lingrado del siglo XXI", en referencia a la ciudad donde se libró la batalla decisiva contra el nazismo.

Por eso cuando Putin justificó en su discurso el ingreso de Crimea a la Federación Rusa fue directo al corazón de los rusos: "No me puedo imaginar que vayamos a Sebasto-pol a visitar a los marinos de la OTAN. Mejor que vengan a visitamos a nosotros", expresó.

Según encuestas del Centro de Investigación de la Opinión Pública, la mayoría de la población respalda la restauración del poder ruso y la resistencia a lo que es visto como una agresión extema. El rating personal de Putin subió a 75.7%. Incluso en Moscú y San Petersburgo -donde el apoyo al presidente siempre fue más bajo, como lo mostraron las manifestaciones de protesta en los últimos años- la aprobación llegó a 71.3%.

A pesar de la amplia aprobación a la reincorporación de Crimea, una parte de los intelectuales y políticos y de los empresarios más ligados a Europa y Estados Unidos se oponen abiertamente. Para ellos, más...

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