Más allá de la"Obamanía": el poder de la comunicación política

AutorÁngel Sermeño
CargoProfesor-investigador de la Academia de Ciencia Política y Administración Urbana de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). angelsermeno@yahoo.com.mx
Páginas363-368

Page 363

Obama, B., Los sueños de mi padre. Una historia de raza y herencia, México: Debate, 2009, 405 pp. La audacia de la esperanza. Cómo restaurar el sueño americano, Barcelona: Península, 2008, 385 pp.

I

La presente reseña exige una obligada justificación a modo de brevísimo preámbulo. En marzo de 2009 apareció la edición para el mercado mexicano de la ya para entonces más que célebre autobiografía del 44º y actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. De la misma forma, desde finales de 2008 (Obama tomó posesión en noviembre de ese año) también estaba al alcance en nuestro medio editorial su segundo libro, que narra las experiencias y reflexiones políticas que le proporcionó su paso por el Senado estadounidense. Entre uno y otro libro hay un lapso de once años (1995 al 2006 en las ediciones originales) que vuelve posible presenciar la génesis del fenómeno Obama con el plusvalor que le proporciona la narración en primera persona; esto es, la consolidación de su metamorfosis identitaria, proceso que, como sabemos, le encumbró, no sin retos ni luchas, pero con una celeridad pocas veces vista, en las altas esferas del poder de la nación más rica y poderosa del orbe. De Obama, un estadounidense promedio que cargaba con el lastre de ser mestizo en una sociedad ostensiblemente segregacionista y racista, no parecía posible esperar otra cosa que contemplar las vicisitudes de un ciudadano común. Bastante carga simbólica tenía ya el hecho de haber sido elegido el primer presidente negro de Page 364 la Harvard Law Review. Por ello, ante lo suficiente que era añadir un signo de optimismo en el fundacional conflicto racial estadounidense, avanzar hacia lo inesperado de su ascensión a la Casa Blanca con sólo el apoyo de su esfuerzo y magnetismo me parece tan seductor como increíble.

El indudable atractivo de Barack Obama, que le vuelve un personaje de asombrosa popularidad, estriba en una bien lograda aunque improbable combinación de factores: a)su exótico origen (padre africano negro, madre blanca anglosajona); b)el concienzudo camino de aprendizaje e introspección espiritual, a todas luces muy bien conducido por él mismo, que le han permitido apuntalar un mesiánico sentido de destino expresado en c)su vigorosa autoconfianza y autocontrol y d)en la notable habilidad comunicativa -su inusual franqueza y apertura que le permiten despertar afecto-, y e)en el gran acierto de eludir los riesgos de incurrir en la amargura e ira frecuentemente autodestructiva, tan propia de aquellos que definen su identidad a partir de pertenecer a grupos oprimidos. Probablemente...

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