Alimentos chatarra, restricción o educación

AutorMtro. Jorge Antonio Alfaro

El problema del sobrepeso en la población lleva tiempo gestándose, ya para 2008 era tan evidente que un conjunto de empresas dio a conocer en el mes de septiembre el “Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas dirigida al Público Infantil” (Código PABI). Su objetivo: “establecer los principios, lineamientos, mecanismos de verificación y de cumplimiento de la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil, en el marco de la autorregulación del sector privado, como herramienta coadyuvante para el fomento de una alimentación correcta y la práctica habitual de actividad física, contribuyendo a la prevención del sobrepeso y la obesidad.”

Fernando García Sais, abogado del ITAM y ex director de Publicidad de la Profeco, en su ensayo “El Código Pabi Bajo la Lupa: los Consumidores Olvidados” desglosa el carácter sustantivo, procesal e institucional del Código PABI. Advierte de sus inconsistencias que en resumen son: no complementa la legislación vigente (como plantea en su introducción); centra la responsabilidad de la educación para la alimentación en los padres, pero no prohíbe los tipos de publicidad que tienen alta influencia en los niños y riñen con la educación alimentaria que la familia pudiera brindar; no obstante que prevé mecanismos de monitoreo y sanciones cuando la publicidad no se apegue a los principios de código, su imparcialidad es dudosa, en tanto que los órganos de monitoreo y evaluación están integrados por las empresas.

De manera independiente a las buenas intenciones y efectividad del PABI, es al Estado a quien le corresponde regular la publicidad y sancionar las violaciones. Así se vio manifiesto el 23 de agosto de 2010, cuando se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los Lineamientos Generales para el Expendio y Distribución de Alimentos y Bebidas en los Establecimientos de Consumo Escolar de los Planteles de Educación Básica. Tales lineamientos son parte del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria.

No obstante la oficialización de los lineamientos, de inmediato se despertó una polémica por la restricción de la venta de productos distribuidos por grandes compañías y que han sido señalados como los principales causantes de la obesidad infantil. En síntesis, al inicio del ciclo escolar 2010-2011 no se pudo impedir su venta en las escuelas y se dejó en manos de los Consejos Escolares de Participación Social el control de las tiendas o cooperativas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR