Alejandro Rosas / Al amparo de Madero

AutorAlejandro Rosas

Uno de los primeros conflictos entre Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador ocurrió en diciembre del 2000 y fue en los terrenos de la historia. Desde la toma de posesión se vislumbraba el terrible enfrentamiento: Madero versus Juárez. Basta recordar a los diputados del PRI y el PRD invocando una y otra vez al benemérito durante la ceremonia de toma de protesta del Presidente.

Cuando Fox decidió retirar el cuadro de Benito Juárez de Palacio Nacional y poner en su lugar el de Francisco I. Madero, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, y los perredistas, consideraron aquella acción como una atrocidad; era el anuncio definitivo de que la temida "reacción" se había apoderado de la Presidencia y en poco tiempo la memoria de Juárez quedaría sepultada.

Con un mínimo de conocimiento histórico y de sentido común -ausentes en nuestra clase política- cualquier voz sensata se hubiera alzado para señalar que ambos personajes fueron defensores del liberalismo político. Podría incluso afirmarse que Madero recuperó los principios básicos defendidos por Juárez: respeto a la ley y a las instituciones, seguridad jurídica y justicia, entre otros, y agregó los propios, como el sufragio efectivo y la no reelección. Así, desde el inicio del sexenio, las dos figuras históricas manipuladas por la clase política sirvieron para delimitar muy bien los territorios: la derecha, con Madero; la izquierda, con Juárez.

A partir de entonces comenzó un singular jaloneo de nuestra clase política, y volvieron a desfilar por el escenario nacional los personajes de la historia mexicana. De pronto, Santiago Creel se presentaba como el primer juarista del país, mientras López Obrador lo retomaba para darle su propia interpretación.

La Presidencia seguía fiel a Madero; no obstante, para justificar la posibilidad de abrir la industria petrolera a la inversión privada, incluso llegó a recurrir a lo que el propio Presidente Lázaro Cárdenas escribió en sus apuntes sobre el tema. ¿Qué nos faltaba por ver?

Gracias al asunto del desafuero y a la inconsistencia del Gobierno federal, desde hace unas semanas el Presidente Fox se dejó arrebatar, literalmente, la figura de Francisco I. Madero, recuperada insólitamente por López Obrador y el perredismo en pleno. Resulta paradójico, si se considera que Madero nunca fue un personaje popular para la izquierda. No lo era por su origen hacendado; no lo era, por haber sido representante de la burguesía terrateniente del porfiriato; no lo era...

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