El Alegre Apocalipsis

AutorFabrizio Mejía Madrid

Hablan un lenguaje tangencial: no se pide perdón por incurrir en un conflicto de interés al aceptar una mansión como regalo a cambio de contratos de obra pública, sino de "percepción". No hablan de indignación, sino de "mal humor social". Tampoco aceptan plagiar una tesis, sino, si acaso, un "error de estilo" o una "falla metodológica". Los insultos de Donald Trump a los mexicanos son "malos entendidos" (probablemente porque los insultos racistas estaban en su idioma original: el alemán que se hablaba en el Múnich de 1934). Por eso, el lema del IV Informe del Presidente es: "las cosas buenas no se cuentan". Las cosas buenas no se cuentan porque sólo benefician a los que las pactan. Las cosas no se cuentan porque suceden en reuniones privadas en las que se reparten concesiones, contratos, candidaturas y, si se aceptó o no que se levante un nuevo muro fronterizo con Estados Unidos, tampoco se cuenta. Cada quien da su versión de la construcción del Muro del Burrito en la privacidad de sus tuits:

Peña: Le dije que no lo aceptábamos. Trump: Le dije que lo construiríamos. Peña: Le dije que no lo pagaríamos. Trump: Lo van a pagar, aunque todavía ni se enteran.

El que remata es el Secretario de Gobernación: "Lo trajimos para sensibilizarlo", como si una caricia pudiera ser enfática.

Tres días antes...

Ya como sea, vámonos al IV Informe del Presidente del País del Alegre Apocalipsis.

Juntamos a 25 jóvenes beneficiarios de mi programa "Prospera", 17 cadetes del ejército -lo acusaríamos de traición si se atreven a insultarnos-, 36 "emprendedores", y 10 atletas paraolímpicos. Trescientos sesenta y siete jóvenes, entre 15 y 29 años. ¿Qué puede fallar? Sólo la verosimilitud, pero de esa me echo un taco y la aderezo con alacranes para que me pique. Quizás la "narrativa" nos puede llegar a fallar, pero esa, desde "la verdad histórica" sobre los desaparecidos de Ayotzinapa, no pasa de ser un malentendido-basado-en-una-percepción-malhumorada-de-un-error-metrodológico.

-Fui un meticuloso vigilante de la legalidad, pero me disculpo si les di la impresión equivocada.

Así que llegan los "jóvenes" al Palacio Nacional y se trata de una charla entre amigos, en mangas de camisa -veremos qué opinan mis vestuaristas-, como si fuera tipo "nos reunimos en el recibidor del ayuntamiento de Nueva Inglaterra, wey. Nada más, wey, que no llegan como señoras con gorritos de pionera ni agricultores con pipa y azadones, sino chavos, puros chavos". Se dispone...

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