¿Agencia de inteligencia o de espionaje político?

AutorJesús Cantu

El diagnóstico era totalmente acertado. Lo que falta en México para combatir a la delincuencia organizada es más labor de inteligencia, que desde luego implica una mayor y mejor recopilación de información, pero sobre todo perfeccionar la sistematización, el procesamiento y el análisis de la información, pues eso es lo que permite anticipar el actuar de los criminales y combatirlo con acciones preventivas y correctivas, incluyendo el desmantelamiento de sus redes financieras y sus vínculos con diversos actores de la sociedad. En ese sentido nadie puede oponerse al anunciado Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuya creación adelantó Proceso y confirmó el pasado lunes 14 el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Pero si lo que el citado centro pretende es precisamente realizar la labor de concentración, sistematización, procesamiento y análisis de la información recopilada por las distintas instancias de inteligencia, el modelo que debe seguir no es para nada el de la CÍA norteamericana, cuya real actividad es el espionaje político y la desestabilización y derrocamiento de gobiernos nacionales que implementen proyectos alternativos al modelo neoliberal estadunidense.

De acuerdo con las versiones periodísticas de la conferencia de prensa que brindó Osorio Chong (en el apartado de "sala de prensa" de la página electrónica de la Secretaría de Gobernación no es posible encontrar un documento -boletín, versión estenográfica, conferencia, entrevista-que dé cuenta de su respuesta a la pregunta que le hicieron el lunes 14) el funcionario reconoció que se trabaja en el proyecto y aunque siempre lo refirió a funcionarios de seguridad y el combate al crimen organizado, en ningún momento desmintió que se haya reunido con funcionarios de la CÍA ni que lo que se estuviese buscando fuese la creación de un centro de inteligencia similar a dicha instancia.

Todos los gobiernos deben tener un centro de inteligencia estratégica, pero la CÍA no es únicamente un centro de inteligencia estratégica, ya que entre sus actividades incluye labores de espionaje político y de desestabilización de gobiernos que los estadunidenses consideran peligrosos u opositores. Por otra parte, todas las labores de inteligencia, espionaje y desestabilización que realiza la CÍA son fuera de Estados Unidos, pues ese es precisamente su objetivo.

Un caso emblemático que retrata cabalmente el papel de la CÍA es la participación del gobierno estadunidense -y desde luego de su...

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