Administración de Tecnología/ Profesionistas sin entusiasmo

AutorEnrique Canales

Es asunto muy triste de vez en cuando encontrarme con jóvenes profesionistas, ingenieros, administradores, contadores, trabajando en una empresa pero que se les nota una falta de entusiasmo. La palabra "entusiasmo" proviene de los vocablos "en theos" que en griego quiere decir "tu dios que traes adentro". Una persona con entusiasmo trae una luz interior que la motiva, y no necesita de chupaletas, regalos o dineros extras para aportar sus bríos a su trabajo.

No soy psicólogo pero en mi doctorado estudiamos el problema administrativo de la "motivación" y sobre todo las señales tempraneras que lanza el empleado o el obrero antes de irse a trabajar a otro lado o antes de enconcharse y dejar de aportar su inteligencia y voluntad a mejorar todo alrededor de su trabajo. Una persona desmotivada, rejego, econchada en su pesimismo, es una persona que trabaja para el lado contrario y puede estorbar o mejor dicho, puede echar a perder cualquier campaña de mejoras, reducción de costos, innovación y desarrollo.

Una persona recargada en la flojera y en su pesadumbre es aún sin querer un gran enemigo de la organización. Debemos atenderla, debemos asegurarnos de la naturaleza de su problema, puede ser un signo tempranero de un peligro grande, las causas pueden ser muchas y debemos resolverlas. Pero los desanimados podemos ser nosotros.

Desde luego hay "motivos" y hay "razones" para mostrar una apatía en el trabajo, las cuales es necesario aprender a mapear para evitar daños a la persona, a los compañeros de trabajo y a la empresa, pues ninguna empresa puede competir con gente desanimada alrededor.

Antes en las empresas se acostumbraba a trabajar con cierto paso, con cierto orden, con un ritmo que aguanta y con ciclos de respuesta lentos, eso se acabó. Ahora las empresas necesitan trabajar con un permanente estado de máxima alerta, de tensión competitiva y de frenesí innovativa. Ya no se trata de hacer las cosas más o menos como se venían haciendo bien, sino de realizar rápidos pero seguros cambios a todo lo que hacemos, de captar nuevas necesidades de los clientes de mucho aprendizaje técnico.

El entusiasmo por ganar la carrera a los competidores nos exigen aprovechar todo el tiempo, incluyendo pensar nuevas formas de hacer las cosas mientras que anda uno manejando de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. El entusiasmo te garantiza la emoción de la lucha. Sin entusiasmo, pretendes competir nadando de muertito y pronto lo estarás.

El saber ya no...

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