Adiós a la vida alegre

AutorLuciano Campos Garza

Monterrey, NL.- La violencia irrefrenable y el pasmo gubernamental ante ella dieron el apagón a la vida nocturna de esta ciudad, con el consecuente saldo rojo para la economía local.

Dirigentes empresariales entrevistados por Proceso sostienen que la sociedad civil ya hizo su parte para enfrentar la recesión, pero afirman que la administración estatal, encabezada por el priista Rodrigo Medina, ha sido incapaz de brindar garantías a la actividad económica, pues ha sido rebasada por la inseguridad, a tal punto que sus estructuras policiaca y de prevención de delitos están paralizadas.

En contraste con los aparentemente positivos indicadores macroeconómicos del estado, celebrados por el gobierno estatal, la inseguridad afecta directamente a giros de actividad relacionados con la vida nocturna.

No es para menos. El año que terminó va a recordarse como el más violento en Nuevo León: hubo 828 homicidios (30 de ellos de civiles inocentes) atribuidos al crimen organizado, mientras que un conteo efectuado con base en los reportes de la prensa local indica que en el mismo periodo fue asesinada una cantidad inédita de policías –74–, así como 10 militares y dos alcaldes: Edelmiro Cavazos, de García, el 18 de agosto, y Prisciliano Rodríguez, de Doctor González, el 23 de septiembre.

Y 2011 empieza bajo fuego en la entidad: en los primeros 14 días del año fueron ejecutadas por sicarios 40 personas, entre ellas 11 uniformados de distintas corporaciones. Seis edificios públicos, entre penales (entre ellos el de Topo Chico), comandancias y sedes ministeriales han sido atacados con granadas y a tiros.

El efecto más evidente de esa violencia desatada se advierte en los tradicionales centros de reunión de la capital nuevoleonesa, como el Barrio Antiguo, el Paseo Santa Lucía y el corredor de restaurantes de la calzada Madero.

Ahora esos espacios están casi muertos.

Uno de los comerciantes con sede en el Barrio Antiguo –que en años recientes era el sitio predilecto de los jóvenes que buscaban diversión– afirma que de los más de 200 negocios que había en la zona, apenas unos 30 siguen funcionando, pero amenazados por extorsionadores o con miedo por los episodios violentos que últimamente han ocurrido.

Otras fuentes dan una cifra aproximada de 80% de cierres en los comercios del área.

Abundan las historias de asaltos a locales enteros que son cerrados por hombres armados para saquear a los clientes. En estos casos la cifra es imposible de verificar. No hay...

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