Tiempo y política: acerca de los cambios sociales y los regímenes políticos

AutorEdgar Sandoval
CargoProfesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Páginas143-158

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Introducción

El tiempo, que borra o deja huella sobre una determinada acción colectiva, es fundamental para la vida política de una sociedad. Olvido y memoria son, en este sentido, dos elementos con los cuales la política -entendida como la capacidad de organizar, no el consenso o la armonía, sino el disenso y el conflicto- se enfrenta. El tiempo es el elemento que nos indica el grado de disenso y de conflicto de una sociedad determinada y su posible acrecimiento o su disolución. La relación entre tiempo y política es importante porque permite comprender las dinámicas de los regímenes políticos.

Así, el tiempo se inscribe en los debates políticos, los regímenes totalitarios y democráticos, para conseguir legitimidad, pues se enfrentan al problema del recuerdo o del olvido de sus disidentes. Para un régimen Page 144 político es crucial construir la historia, construir tiempos sociales a partir de la invención de una única memoria, de un único relato acerca de su pasado. De esta manera, la relación entre tiempo y política se hace patente cuando concebimos el tema de la acción como primordial para la vida política. Quizá allí encontremos una de las causas por las cuales es importante reflexionar sobre esta relación.

El propósito de este artículo es tratar de dilucidar algunos problemas que se presentan cuando preguntamos acerca de las dinámicas de los cambios sociales y de los regímenes políticos en particular, así como plantear una serie de preguntas que se desprenden de esta relación y dejarlas abiertas para futuros trabajos. En primer lugar la pregunta eje de este artículo se refiere al régimen del cambio social. ¿Qué es lo que hace posible el cambio social: la estructura o el acontecimiento? En este sentido, las siguientes preguntas tal vez iluminen esta primera interrogante: ¿Qué es el pasado? ¿Cómo nos afecta el pasado? ¿Cuándo se olvida un acontecimiento? ¿Desde qué parámetros se recuerda un acontecimiento? ¿Cómo se forja la memoria de una comunidad y su posterior duración? ¿Cómo repercutirá el pasado para las acciones posteriores? ¿Cómo cambian los eventos con el transcurrir del tiempo? ¿Se puede encontrar el pasado en un lugar determinado? ¿El pasado es una fecha precisa? ¿De qué manera la política hace funcionar las distintas memorias y olvidos? ¿Cómo pueden ser recuperados los hechos y los eventos, si éstos son finitos? ¿Podemos hablar de hechos o tan sólo de interpretaciones? ¿En qué medida las interpretaciones de las acciones son más importantes que las acciones mismas?

Acontecimiento versus estructura

Como decimos de ciertas carreras, la historia puede conducirnos a cualquier parte, siempre que uno se salga de ella.

Lévi-strauss

El tema de la estructura versus acontecimiento es quizá uno de los mayores problemas al tratar de explicar y comprender los cambios sociales y las Page 145 dinámicas de los regímenes políticos, lo es en buena medida porque estructura y acontecimiento son conceptos sumamente polémicos. Con el primero, la estructura, se pretende explicar, a través de las lentitudes del tiempo, los cambios sociales; con el segundo, el acontecimiento, se pretende ver el cambio social como producto de un accidente. Estos conceptos, estructura y acontecimiento, han estado presentes en diferentes debates, en especial en dos polémicas: Sartre-Lévi-Strauss y Braudel- Lévi-Strauss.1 Tratar de exponer estas dos polémicas rebasa el objeto de este artículo, sin embargo es importante tenerlas en cuenta para saber que se han presentado los términos casi siempre en forma difusa. Tanto Sartre como Braudel reprochaban a Lévi-Strauss su incapacidad para manejar el concepto de Historia, a tal punto que le atribuían una gran ignorancia sobre el tema. Pero tanto Sartre como Braudel dejaron de ser un punto de partida para iluminar esta polémica. A pesar de que ambos fundaron movimientos intelectuales y encabezaron revistas de suma importancia, no lograron hacer de sus ideas algo que permaneciera en el ámbito filosófico y social para dar respuesta al cambio social. Por el contrario, la noción de acontecimiento ganó cada vez más simpatía entre los círculos intelectuales para explicar y comprender el cambio social.

El tiempo es nuevamente objeto de discusión en las ciencias sociales; y lo es, en buena medida, porque a través de él explicamos las dinámicas de los cambios sociales. Reconocemos al menos dos temporalidades para entender una acción; por un lado, la estructura a la cual se le suele relacionar con la necesidad y; por otro lado, el acontecimiento al que se le ve como un accidente. Así, la importancia del tiempo quizá consiste en hacer posible la comunicabilidad de las experiencias y de las acciones. En efecto, sin el fluir del tiempo tal vez no sería posible comunicar nuestras experiencias, no sería posible la historia. En este sentido, la regularidad permite dar uniformidad a los recuerdos y a los olvidos. Es, entonces, como surge la cuestión sobre la normatividad que el tiempo impone.

A través del tema de la estructura o del acontecimiento se explican y comprenden las dinámicas de los regímenes sociales. Braudel es uno de Page 146 los primeros en señalar que en los cambios sociales intervienen diferentes temporalidades. Heredero del pensamiento de Marc Bloch y Lucien Febvre, Braudel es uno de los pensadores que revoluciona la manera de pensar el tiempo de la historia. El tiempo para Braudel no es una línea recta, como lo es para la historia tradicional, "el tiempo es más bien el resultado de superposiciones de movimientos":

Cuando digo -comenta Braudel- que hay tres movimientos, se trata naturalmente de un esquema, pero es un esquema útil: de hecho, está el movimiento más lento, que se encuentra en la base, el movimiento más rápido, que está en lo alto, y entre los dos hay una serie de movimientos intermedios. Los acontecimientos de la superficie no tienen todos el mismo peso temporal: algunos desaparecen de un día para otro; otros, al contrario, abren vorágines que permiten mirar en profundidad; son eventos que duran, son eventos largos que no dejan de tener consecuencias. "El tiempo breve es la más caprichosa y la más engañosa de las duraciones". El tiempo breve es el tiempo de nuestra experiencia mundana, y el historiador quiere imponer otro, en el que las pasiones que ocupan nuestra existencia pierden gran parte de su sentido... el hombre siempre necesita otro tiempo más allá de aquél en que vive. (Braudel, 1984: 26)

Con estos movimientos, Braudel critica profundamente la noción de acontecimiento de la cual la historia tradicional se valió durante mucho tiempo para explicar los cambios sociales. Braudel, junto con otros historiadores reunidos en torno a los Annales, considera que los cambios sociales se comprenden desde lo que él llamó "tiempo largo", es decir, para estos historiadores una fecha o un suceso no explica la dinámica de los cambios sociales, sólo evidencia una conducta y una acción que se originó en otra parte. Para los Annales, el presente tiene el peso del pasado; los problemas del presente no son algo espontáneo, obedecen a procesos de larga duración. Los historiadores que defendían, y aun defienden el acontecimiento, pretenden ver al presente como una suerte de entidad independiente del pasado y del futuro. Porvenir y recuerdo pierden Page 147 sentido porque el presente se erige como el único tiempo posible por ser el tiempo en el que ocurre la acción.

Las acciones, por otra parte, tienen ellas mismas una duración, la cual tendrá repercusiones en el sentido de éstas; la duración estriba en su narración, la narración en sus omisiones determina el tiempo de una acción. No sólo se trata, entonces, de comprender las dinámicas de los cambios sociales, siguiendo...

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