Antes de 2018 debe renovarse el INE

AutorJavier Sicilia

La lucha electoral, por lo tanto, no está en las urnas de 2018, como muchos piensan. Está antes: en la lucha de todos por hacer, como lo señaló Ahora, que quienes integran el Consejo General del INE renuncien y sean sustituidos por personas que tengan la confianza de la gente y se apeguen a los principios constitucionales que la ley les confiere, y que esas nuevas autoridades, además de garantizar la equidad del voto, vuelvan a celebrar las elecciones en el Estado de México y en Coahuila.

Si esto no se hace, la ignominia y el fraude, cuyos paradigmas son 1910, con Madero; 1988, con Cuauhtémoc Cárdenas, y 2006, con Andrés Manuel López Obrador, volverán a repetirse de forma más brutal y perversa, dadas las condiciones de violencia y de ingobernabilidad que vive el país.

Hay en este sentido dos momentos que deberían repetirse, pero no después de las elecciones, como entonces sucedieron: la protesta de Cuauhtémoc Cárdenas, al lado de doña Rosario Ibarra de Piedra y de Manuel Clouthier, en 1988, y la toma de la avenida Reforma de la CDMX en 2006.

El primero debe hacerse ya. Todas las partes sanas de los partidos deberían coaligarse con el movimiento Ahora y Cuauhtémoc Cárdenas con el fin de cambiar a nuestras autoridades electorales y celebrar nuevas elecciones en el Estado de México y en Coahuila. El segundo momento debería suceder sólo si hay una negativa autoritaria a que eso se realice. Entonces habría que llamar, no a la toma de Reforma, sino a una movilización y a un paro nacionales hasta que esto se cumpla, se depuren las reglas del juego y se tengan elecciones en 2018 que se aproximen a una realidad democrática.

Por desgracia, como lo ha señalado Sergio Aguayo ("No ha lugar", Reforma, 19 de julio 2017), los partidos son cómplices de este estado de cosas. "Las elecciones en el Estado de México fueron descritas como 'elección de Estado' por el PAN, el PRD y Morena. A los pocos días olvidaron el calificativo y (como si no hubiese sucedido nada o lo acaecido fuera un vago recuerdo) dedicaron su energía a pensar en los cargos que disputarán en 2018".

Parece, en este sentido, que AMLO no aprendió la lección y se dispone, al igual que en 2006, a sentarse una vez más a una mesa de juego vomitada y con las cartas marcadas, en la que evidentemente se hará otra vez trampa. Si lo hace así, no tendrá derecho a reclamar. Quien a sabiendas se sienta a jugar con tramposos y en una mesa de juego diseñada claramente para ello, jamás tendrá el derecho de...

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