1911-2011: Centenario del expresionismo

AutorRaquel Tibol

El expresionismo irrumpió como reacción concreta al impresionismo que había transformado en pintura el aspecto externo de las cosas. El expresionismo se caracterizó por el abandono de estímulos superficiales e ilusorios en favor de sensaciones interiores suscitadas las más de las veces por el éxtasis religioso, por un íntimo compromiso social, por profundos intereses psicológicos o por la visión de un tiempo futuro. La mirada se dirigía de la naturaleza al espíritu. La realidad perceptible sensorialmente ya sólo tenía el valor de sensación estimulante. Para dar expresión a sus vivencias crearon los expresionistas un lenguaje pictórico lapidario, sencillo y directo; coloración compacta, vigorosa, de grandes superficies; pinceladas expresivas y dramáticas; deformaciones que intensificaban la expresividad; se llegaba algunas veces a deformaciones caricaturescas.

Del impresionismo tomaron los expresionistas una visión directa de la luz y del color, pero empleada en beneficio de contenidos fuertes, de melancolía y de una duda total. Sufren por la falta de libertad propia y colectiva; gritan por el dolor de un mundo torturante. La sensibilidad fluye espontáneamente. Se da un periodo protoexpresionista cuando artistas como Van Gogh, Gauguin, Munch, Ensor y Hodler se concentran en problemas del ser individual. Van Gogh había cuestionado el valor expresivo del color. Gauguin aportó una sintética articulación tísmica, haciendo uso de formas ornamentales. Estas nuevas configuraciones llegaron a Alemania y entonces el verdadero movimiento expresionista encarna en dos grupos artísticos: Die Brucke y Der Blaue Reiter.

Pero hubo otro antecedente: en 1901, en el Salón de los Independientes de París, Julien-Auguste Hervé participó con ocho cuadros que llevaban el título común de “expresionistas”. El desarrollo en Alemania se produjo a partir de la exposición de la Secesión Berlinesa en 1911. Aunque predominaba la línea impresionista, en ese salón participó un grupo de nuevos pintores franceses: Braque, Derain, Dufy, Picasso, Vlaminck, quienes aparecieron en el catálogo bajo el calificativo de expresionistas. Desde entonces los críticos alemanes aplicaron tal denominación.

En su introducción al catálogo el Salón de Otoño presentado en Berlín en octubre de 1913, Herwarth Walden opinó que cualquier moderno, es decir, cualquier expresionista, es el que representa la expresión de su ser. En agosto de 1912 Paul Klee, en la revista Die Alpen, opone netamente el...

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