Zona submetropolitana / ¡Somos pueblo!

Somos pueblo. Somos la raza. Somos la banda, la masa, el cúmulo de mexicanos que, como se quiera ver, le damos consistencia a eso que nos clasifica como "el pueblo mexicano".

No hay de otra. Aquí nacimos y aquí vivimos. Pero estamos atrapados en el mismo caos que recorre nuestra historia.

Somos las nuevas generaciones de hombres y mujeres que heredamos el pasado, esperando que sea posible un cambio en el futuro.

Nuestra biografía está intacta. Nacemos, crecemos, votamos por el PRI, nos reproducimos y morimos.

Son los mismos anales. La misma vorágine de siempre. Somos pueblo. Pero tenemos un gobierno lejos del pueblo, dedicado a buscar su permanencia, cueste lo que cueste y muera quien muera... diciendo que son el pueblo.

Pregunto: ¿Por qué no tenemos una capacidad para reaccionar? ¿Por qué los políticos pueden hacer con nosotros lo que quieran? ¿Por qué terminamos siempre aceptando las migajas que nos tiran?... porque somos pueblo.

Peña Nieto debe estar feliz. El pueblo ya está olvidándose de la matanza de normalistas de Ayotzinapa. Ya nadie habla de sus casas. Ni de las cuentas falsas de su esposa. Tampoco nadie menciona la casa de Videgaray en Malinalco ¡Viva el pasado!

La lógica era clara: Que griten todo lo que quieran. Que quemen camiones. Que se alboroten en los estados. Que busquen las instancias internacionales. Nos solidarizamos con ellos. Dejaremos pasar un tiempo. Y esperamos que se diluyan las críticas... ¡Después triunfaremos en las elecciones del 7 de junio!

Votar por el PRI parecería un absurdo pero, la verdad, es que la intención de votar por ellos es la más alta de todas.

Treinta y dos por ciento para el PRI (y eso que bajaron 14 puntos en las encuestas), según el último sondeo de intención electoral de Parametría, publicado el lunes en El Financiero.

Los demás están así: PAN, 26 por ciento; PRD, 13 por ciento; Partido Verde, 11 por ciento; Morena, 9 por ciento. El resto es parte de un pueblo que no cuenta.

¿Y todo por qué?, porque somos pueblo. Nos tratan como pueblo. Nos regalan televisiones, que pide el pueblo. Nos dan los vales de medicina, que demanda el pueblo.

Y el pueblo, muy contento, borrará la historia y todo seguirá adelante. Así hasta que se acabe el mundo.

Y para apoyarse, EPN usa también a sus secuaces. Sean estos de la iniciativa privada, la iglesia, el Ejército o las televisoras.

Dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

Lo peor de todo es que, el pueblo es aquella parte del Estado que no sabe...

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