Zona Submetropolitana / Linchamientos

De nueva cuenta, hace unos días, ocurrió un nuevo linchamiento de un sujeto de 29 años que fue sorprendido robando dentro de una iglesia en la población de Magdalena Petlacalco, en la Delegación de Tlalpan.

Dicho individuo fue detenido por una masa enardecida de campesinos para ser amarrado con una cadena y mecates al barandal de una escalera, y después, en medio de la ira y la furia colectivas, ser golpeado, apedreado y, finalmente, ahorcado con la misma soga hasta la muerte.

Al día siguiente, la comunidad había vuelto a la calma, sólo dos sujetos habían sido llevados a declarar. la gente del pueblo no decía nada, no había visto nada, no sabía nada del asunto. Al menos así lo declararon en las entrevistas que les hicieron por la radio; los tenderos, que normalmente son informantes clave, ni siquiera se habían enterado del problema, y sólo una mancha de sangre al pie de una escalera era muda testigo de este nuevo linchamiento popular.

Un campesino entrevistado decía, cuando se le preguntó si le parecía justo lo que habían hecho con el infortunado sujeto: "No conocemos la justicia... nosotros nomás trabajamos, somos gente tranquila, no nos metemos con nadie pero no, no conocemos aquí la justicia porque nunca ha llegado".

Ha habido muchos otros linchamientos en Chiapas, Oaxaca, en Playa Vicente, Veracruz, en Morelos, y hoy aparecen ya dentro del Distrito Federal, lo cual sin duda debe encender los focos rojos de los responsables del orden y la seguridad pública en la Ciudad, porque, a pesar de que casi por decreto se quiera hacer disminuir la violencia y delincuencia que padecemos en la capital, la verdad es que ésta va en aumento y muestra signos de crecimiento muy preocupantes desde muchos puntos de vista.

Por ejemplo, los linchamientos están dirigidos contra criminales o presuntos criminales, son actos públicos que toman lugar en sitios y espacios públicos que involucran forzosamente una participación pública directa e indirecta; sin embargo, ese escudo en que se convierte la ?masa pública? para salvaguardar el anonimato de los linchadores es prácticamente impenetrable.

¿Hay culpables? Sí. ¿Quiénes son? Nadie lo sabe. ¿Deben ser castigados? Deberían. Pero, ¿cómo? ¿Quién podría acusar a un vecino, pariente, amigo o conocido de una zona como ésta en donde se dio el linchamiento?

Alla en el Rancho Grande

El término "linchamiento" se deriva, según parece, y curiosamente, del nombre de un juez de paz del siglo XVIII "imáginese si hubiera sido...

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