Zona submetropolitana / Entijuanarte y Covid-19

AutorHéctor Castillo Berthier

En el año 2012, dentro del Programa Nacional de Prevención a la Delincuencia (PRONAPRED), de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), nos tocó visitar Tijuana como Circo Volador (CV), para revisar un par de zonas con altos niveles de violencia.

Los problemas en Tijuana eran serios.

Había una brutalidad policiaca en contra de los jóvenes delincuentes. Una ausencia de programas para jóvenes. Un crecimiento desmedido de detenciones ilegales. Y un clima de miedo entre la población.

El primer día que llegamos a Tijuana, tuvimos una reunión con el Alcalde, el Jefe de Policía y algunos otros funcionarios del gobierno local.

Con ellos, expuse los objetivos de nuestra intervención.

Presenté las hipótesis y las necesidades de trabajar directamente con los jóvenes.

Como punto final, agregué: "Sabemos que hay muchos 'cholos' y pandilleros en estas zonas y debemos acercarnos con ellos".

El Jefe de Policía, me comentó: "Aquí en Tijuana, no va a encontrar 'cholos', ni pandilleros. Ya no existen. Ya acabamos con ellos".

Después de la reunión, salí con mi equipo de trabajo a la Colonia Camino Verde, que era señalada por los informes de la Secretaría de Gobernación, como una de las dos zonas más violentas de Tijuana.

Llegamos a Camino Verde y hablé con una señora del lugar.

Me presenté. Le platiqué lo que hacíamos en Circo Volador.

Le pregunté si había 'cholos' o pandilleros en esa zona y le dijo a uno de sus hijos: "¡Cuco, ven para acá! Vete a buscar a tu hermano y dile que se venga en chinga. Necesito que hable con este señor".

Cuco fue a buscar a su hermano (el Chos). Y cinco minutos después lo conocí.

Le platiqué lo que me había dicho el Jefe de Policía y sonrió. "Pos no sabe. O se hacen güeyes. La zona está llena de cholos y pandilleros... Y si quiere vamos a buscarlos", me dijo.

Salimos de su casa para andar por Camino Verde.

Le pregunté si había Memoriales en los lugares donde asesinaban a los jóvenes y había decenas de ellos.

Caminábamos el Rafa y yo (de CV), con el Cuco y el Chos.

Al principio éramos cuatro gentes. Pero conforme llegábamos a un Memorial, se detenían a platicar la historia... y aparecían más y más chavos.

Todos parecían 'cholos' o pandilleros. Una hora después, ya éramos unos 35 recorriendo las calles... Ya parecíamos una banda.

En uno de los Memoriales llegaron 4 camionetas de la policía. Nos detuvieron y nos llevaron a la cárcel.

Querían liberarme y me negué. Expliqué que mi trabajo era con los jóvenes... Y nos encerraron.

...

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