Zona submetropolitana / Desigualdad papers

Los Panamá Papers (Papeles de Panamá), pueden ser una cosa seria, como en el caso de Islandia en donde renunció su primer ministro.

Pero hay otros, como México, en donde no sucede nada.

El periódico alemán Süddeutsche Zeitung (SZ), dio a conocer en febrero que las autoridades alemanas investigaban cientos de casos de evasión de impuestos y quizá de lavado de dinero.

Inversiones en los llamados "Paraísos Fiscales", aparecieron relacionando a gente de todo el mundo. Entre ellos, 33 mexicanos involucrados con este asunto.

El tipo de investigación y su enorme extensión dejó enormes lecciones para todo el mundo.

Sin embargo, parece difícil que en México aprendamos algo de ello.

Según Aristóteles Núñez, titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), brazo recaudador de la Secretaría de Hacienda, aseguró que ahora sí, con los Panamá Papers: "Caerán Peces Gordos... pero las investigaciones serán secretas" (Proceso, No. 2058, 10/IV/2016).

El artículo de Proceso es enorme y está lleno de información. Vale la pena leerlo. Pero, a pesar de todo lo que menciona, en México los Papeles de Panamá no modificarán lo que vivimos. Sobran excusas para que los peces huyan.

¿Por qué?... porque vivimos en una sociedad muy desigual.

México representa una sociedad desigual. No es nada nuevo.

Así ha sido desde la época de la Colonia y así será su futuro. Igual que el de América Latina y el de muchos otros países.

La desigualdad es un fenómeno humano. Natural. Que se concibe desde dos formas muy diferentes y opuestas.

Una, es la desigualdad que favorece la creatividad y la búsqueda de salidas a problemas comunes. Es fuente del crecimiento económico. Desarrolla la creatividad humana. Es útil y confiable. Un ejemplo sencillo es Uber, que volvió sencillo, práctico y regulable un servicio que estaba lleno de problemas. Generó avances que modificaron parte de la desigualdad y modificó nuestros hábitos sociales.

La otra desigualdad es mucho más complicada de resolver. Está ligada a la pobreza; a la miseria; a los monopolios; a la explotación; a las prácticas sociales; a la corrupción; a los subsidios; a las prerrogativas; y, sobre todo, a la ausencia de competencia.

Esta desigualdad está ligada a muchos políticos y empresarios que abusan de las leyes y de su aplicación, porque así lo han hecho toda su vida.

No hay forma de erradicarla... y permanece vigente en nuestras vidas.

LOS INFLUYENTES

Pienso en los ricos y muchos miembros de las clases altas que...

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