Zona Submetropolitana / Debates: ¿para qué?

Yo no sé a usted que le parezca, pero a su servibar, en lo personal y después de haberme chutado los dos debates entre los suspirantes a la presidencia y del último entre los candidatos al gobierno del DF, nomás me quedó un gran bostezo, ya que de "debate" tienen lo que yo tengo de monja.

Dice el "tumba burros" de Sainz de Robles que debate es sinónimo de: "discusión, altercado, controversia, réplica, polémica y hasta lucha y combate" y eso es lo único que no hubo en ninguno de los tres.

Podrá pensar que exagero y que en los famosos debates, los participantes se tiraron directas e indirectas, se sacaron algunos de sus trapitos al sol y hasta se dieron el lujo de incluir algunas propuestas vagas e incompletas.

Y no creo que esto sea responsabilidad de los candidatos sino del formato que acordaron para llevarlo a cabo, el cual es más acartonado que la Hora Nacional (que ya es mucho decir).

La idea de debatir abiertamente por la televisión me parece buena si hubiera una polémica verdadera con capacidad de réplica, siempre y cuando los temas a tratar fueran la expresión directa de las necesidades y las demandas ciudadanas más sentidas por todos, seguridad, empleo, educación, cultura, Estado de Derecho y demás.

Pero no, en estos debates la ciudadanía no existe, no participa ni siquiera en la elección de los temas a tratar. Mucho menos tiene acceso a una línea telefónica directa en donde pedir aclaraciones o solicitar respuestas concretas. Nos siguen tratando como retrasados mentales y nos dejan el mero papel de espectadores y receptores de las netas que vienen a tirar, las cuales nos las tenemos que soplar a la de a Wilson y de paso, luego nos piden una opinión sobre el evento... está cañón.

Lo cierto es que así como están no funcionan, o por lo menos no permiten avanzar sobre lo que ya conocemos: "soy el candidato del empleo", "primero los pobres", "legalicemos la mota", "Madrazo es un hipócrita", "ténganme confianza, por favor", si Chucha y tus calzonsotes qué.

Hay un hartazgo de las mismas frases repetidas hasta el cansancio y, por si fuera poco, son los mismos políticos de siempre que, lo quieran reconocer o no, tienen casi todos el mismo origen.

LA MADRE DEL DESMADRE

No soy panista, lo aclaro y que dios me perdone, pero es obvio que el PRI ha sido y sigue siendo la gran escuela para formar políticos, aunque luego renuncien y cambien de color para buscar otro espacio menos desprestigiado y sucio.

Por la presidencia: López Obrador fue del...

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