Zona Submetropolitana / ¿El año del cambio

¿Cómo la vio este fin de año?... ni se acabó el mundo, ni las computadoras se volvieron locas, ni fue realmente el cambio de milenio -todavía faltan algo así como que 363 días "aprox. "- y en cambio, la Ciudad, nuestra Ciudad, sigue su marcha.

Después de este período vacacional de cada fin de año, donde nuestros "H.H." gobernantes hacen pausas a los problemas nacionales; donde ya ha pasado el tiempo de aprobar leyes y presupuestos casi al vapor -aunque ahora sorprendieron con lo del presupuesto-...

Vacaciones donde incluso a los paristas se les olvidó que la Universidad debe ser gratuita - no así a la PGR, PGJ y al Roco- y donde a nuestros funcionarios pensionados como José Angel Gurría y Oscar Espinoza ya no les importó donar sus jubilaciones a casas de asistencia y decidieron utilizarlas para regalar y regalarse...

Después de todo esto y uno que otro desvarío adicionales, los capitalinos debemos incorporarnos a la vida cotidiana de esta Ciudad para realmente poner de nuevo en marcha el gran motor que la mueve y la mantiene viva día a día.

La Ciudad es como un gran oso que ha salido de su hibernación; de nueva cuenta despierta a la actividad, al ir y venir de su gente, al ajetreo cotidiano que crean los que realmente viven esta tierra: los ciudadanos como usted y como yo que padecemos y enfrentamos el caos citadino.

Atrás quedaron los propósitos de Año Nuevo; habrá quienes incluso habrán realizado uno de los tantos ritos que se acostumbran a principios de año: desde ponerse los calzones rojos, hasta barrer a medianoche para que se vayan las malas vibras, pasando por las lentejas, vestirse de blanco y demás creencias.

Todo lo anterior con la idea de que nos vaya mejor a todos, que los pocos recursos con los que contamos -a nivel personal y a nivel gobierno de la Ciudad- nos alcancen para llegar a alguna meta precisa.

Después de "empeñar hasta el perico" para sentir las pasadas fiestas decembrinas como momentos de júbilo y satisfacción que nos auguraran tiempos mejores, mañana volveremos a la cruda realidad, -algunos más crudos que otros, me dice el de junto-.

Pero, a la vez, parecería que nada ha cambiado, que seguimos siendo los mismos de siempre, los mismos capitalinos que a diario nos levantamos para ir a sacar para el "chivo" como taxistas, microbuseros, oficinistas, puesteros, comerciantes y demás "fauna" que poblamos el D.F.

A partir de mañana volverán las carreras -de un lado a otro: a la escuela los niños, a sus trabajos los padres...

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