Televisión/ Yupi, yupi

AutorMateo Salazar

Algo raro debe pasarme en las últimas fechas, porque cuando los diligentes esbirros de mi sistema de cable llegaron el otro día a cortarme el servicio (porque, claro, el recibo nunca me llegó y uno no se pasa la vida pensando en que ya es hora de pagar), nomás no me dieron ganas de salir a corretearlos a pedradas, como en otras ocasiones. Así que, en la más honda de las haraganerías, me pasé buena parte del fin de semana reconciliándome con el mundo y dándome cuenta de que es perfectamente posible vivir sin tele.

Evidentemente, estamos ante un caso más de amor despechado. Lo que digo en el párrafo anterior no es sino producto del rencor, porque una vez saldado mi adeudo y reconectado mi servicio, corrí a prenderle y sólo para pasar el fin de semana volviendo a cada rato a MTV, donde TODO EL TIEMPO estuvo un sujeto parecido a Eduardo Segundo dirigiendo un interminable programa de concursos de lo más idiota. Luego, en AXN, vi por enésima vez los Videos más Asombrosos del Mundo, que a fuerza de aprendérselos de memoria a cualquiera dejan de asombrar, y por último me resigné a brincar del Coque Muñiz a la ópera en el Siete, y así llegué a este estado de aburrimiento lamentable.

Para que no les pase a mis lectores lo mismo que a mí, que por miserable sólo tengo acceso a los mejores canales cuando me alojo en un hotel cuyo dueño es menos codo que yo, esta semana mejor dejo de hacer berrinches y recomiendo al azar unas cuantas películas que...

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