Xiuh Guillermo Tenorio / No a la segunda vuelta

AutorXiuh Guillermo Tenorio

Los recientes comicios de Veracruz, donde el priista Fidel Herrera Beltrán ganó con el 36 por ciento de los sufragios, han reabierto una añeja discusión sobre la conveniencia de introducir la segunda vuelta en México. El asunto de fondo, dicen quienes proponen esta fórmula, es evitar que el próximo presidente de la República sea electo con un porcentaje menor al 40 por ciento de los votos.

En los últimos años ha existido una tendencia entre los países latinoamericanos a utilizar la doble ronda con el fin de evitar presidentes minoritarios y eventuales crisis constitucionales. Esta fórmula ha emergido como aparente solución y novedad a las distorsiones de los sistemas mayoritarios; sin embargo, lo acontecido en América Latina sugiere un análisis profundo sobre si ése es el camino a seguir en nuestro país.

La segunda vuelta es un arreglo institucional que divide una misma elección en dos rondas y que se ha utilizado para asegurar que el candidato que resulte vencedor cuente con el voto de la mayoría absoluta del electorado (50 por ciento más uno del total de los sufragios). Al permitir a los electores votar dos veces, éstos tienen la posibilidad de reorientar sus preferencias considerando los resultados de la primera elección. La experiencia ha mostrado que en la primera ronda el votante expresa libremente su primera preferencia, con lo que se elimina el "voto estratégico" o "voto útil" que comúnmente aparece en los sistemas de una sola ronda.

Es importante señalar que al coincidir la elección presidencial con la legislativa (como generalmente ocurre), el que los electores opten por su primera preferencia tiene consecuencias directas en el tamaño de los contingentes legislativos.

La segunda vuelta, entonces, reduce la probabilidad de que el partido del Presidente alcance la mayoría absoluta de los escaños en las Cámaras o de que, al menos, esté cerca de ella; lo que significa que con esta fórmula prácticamente se garantiza un gobierno dividido. Igualmente anima la aparición de más partidos y más candidatos, en el entendido que el electorado no vota estratégicamente en la primera vuelta. Así se generan los incentivos...

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