Ximena Peredo / La noche de Santiago

AutorXimena Peredo

Para Santiago Gori, aquella noche del 22 de abril pintaba de lo más mal, idéntica a la anterior. Ruleteando en su taxi por el centro de Buenos Aires, Santiago pensaba en si podría algún día terminar de pagar las placas de su taxi y liquidar las deudas domésticas.

Sus circulares pensamientos fueron interrumpidos por un matrimonio de pensionados que le hicieron la parada. Santiago refunfuñó en su interior porque la pareja sólo iba unas cuadras adelante. Pagaron y se perdieron en la oscura calle.

Los pensamientos recuperaron su curso. Santiago trabaja en el Sindicato de Camioneros hasta las 5 de la tarde todos los días, pero desde hacía poco tiempo la crisis lo empujó a tomar un taxi para, con un poco de suerte, completar el gasto familiar. Pero, como se veía, aquella no estaba siendo la mejor de las noches. Entonces, una chica le hizo la parada. Santiago se orilló pensando que tal vez ese viaje cambiaría el rumbo de la jornada.

La joven advierte que en el asiento trasero hay una mochila olvidada. Cuando deja a la clienta en su destino, el taxista toma en sus manos la bolsa. Abre uno de sus cierres en busca de alguna identificación y encuentra en su interior fajos de dólares que, luego sabrá, sumaban 130 mil. Pero los dólares no están solos, vienen con una tarjeta con el nombre de una persona.

Santiago, envuelto en el anonimato de la noche, dentro de su auto, sin testigos, se enfrenta a su conciencia. Santiago contra Santiago. Lo visitan los recuerdos de su esposa, con quien comparte la vida desde hace 27 años, y sus hijos, de 22 y 27 años, sus necesidades, la vejez que se avecina, la casa sin terminar, las placas, el insomnio ante la crisis. El taxista observa la mochila cerrada, que late frente a él, llena de billetes verdes. ¿Qué hacer? ¿No es esto un regalo de Dios?, ¿es, al fin, el golpe de suerte que Santiago ha esperado toda su vida?

Conduce derecho hacia su casa. Busca en la sección telefónica al dueño del dinero. Luego de algunos intentos fallidos le informan que el propietario está en la comisaría. Santiago entra al auto con su esposa y el menor de sus hijos y parten hacia el encuentro del desesperado matrimonio que esa...

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