Ximena Peredo / 'Niña bien' vs. 'Chavo chaka'

AutorXimena Peredo

Los sanjuditas mueven la cabeza a ritmo de reguetón mientras el "chavo chaka" en el pasillo de la pesera canta "seré de Tultitlán, pero voy con el PAN".

Es un video musical que (mal) responde al de "la chica bien" que votará por "ya sabes quién" y que hace casi un mes robó la atención mediática por un par de días. Me debato internamente: ¿me amargo de una vez por la elección de Estado que se viene o me hago la boba y comento este video?

Mi estado anímico es políticamente incorrecto. Esto que estoy sintiendo me parece muy complicado de expresar sabiendo que me tundirán los de acá y los de allá, pero ¿qué remedio?

Iba yo muy bien, la guerra sucia me daba igual porque decidí no identificarme con algún candidato, es decir, no levantar los pompones de porrista del piso. Así, en esa anestesia electoral prescita había sobrellevado bien la guerra sucia. Pero eso valió para poco.

Lo que vimos esta semana suceder, con la inclusión de nuestro Gobernador con licencia en la boleta electoral, hizo que despertara de ese letargo producto de la anestesia.

Es 13 de abril y ya tengo claro que la próxima elección presidencial no la vamos a decidir los electores, sino siete personas, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). ¿Para qué nos molestamos? Pienso yo.

En mi paso por el activismo he aprendido muchas lecciones, una de tantas es que, no siempre de manera consciente, las oposiciones se vuelven "defensoras" de su adversario porque su existencia depende de él.

De manera que las oposiciones se enamoran más de la sensación que provoca distinguirse de sus enemigos que de defender su causa o solucionar el problema que los accionó. Si la batalla se vuelve egocéntrica -unos contra otros-, se pierde de vista el sentido de la contienda.

Esto es lo que pretenden los videos de la "Niña bien", pro AMLO, y del "Chavo chaka", pro Anaya, y, en realidad, casi toda la insoportable propaganda electoral. Montarnos en una contienda que no merece nuestra atención, peor aún, que la secuestra, pero que, sin embargo, nos permite por un rato ese disfrute de hincha que se siente el papá de su competidor. Puro ego directo a la vena...

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