Ximena Peredo / Que México espere

AutorXimena Peredo

Todo salió mal. Se cometió el mismo error de siempre: confiar en que la oposición era lo suficientemente robusta como para someter a los delincuentes en el poder. Pero no fue así porque, además de los miles de millones invertidos por el PRI, otra vez el árbitro confundió su función.

Quienes hoy piden "volver a la calma" y aceptar los resultados de la elección del domingo pasado en el Estado de México y en Coahuila no son sólo los priistas que se dicen ganadores, sino las autoridades electorales que defienden estos cuestionables triunfos.

Los fraudes y estafas del PRI están a la vista de todos. Han comprado elecciones desde siempre. Roban recursos públicos, lavan dinero, se asocian con capitales privados (el caso de OHL no tiene parangón) para iniciar nuevos ciclos de saqueo. Por supuesto que podrían ser detenidos por la autoridad electoral, pero ésta está desactivada.

Elección tras elección, los institutos y comisiones y tribunales electorales son los grandes perdedores. Estos organismos que tendrían que revestir de certeza y legalidad a los comicios acrecientan nuestra sospecha y radicalizan nuestra indignación cuando los escuchamos defender lo indefendible.

El principal problema es que no necesitan estar coludidos para apoyar al partido oficial. Por ejemplo, una elección se sostiene de una cadena de trabajadores que cuidan su empleo en una época en donde mantener un salario o un cheque es básicamente el único objetivo. Esta razón, aunque parezca lejana, fragiliza todos los candados.

La responsabilidad individual se diluye. El servidor público electoral es un fantasma, un caparazón sin voz, ni voluntad propia. Es usado por un sistema autoritario que le ordena borrar cualquier error, no darle importancia a las fugas, callar las dudas.

Esto porque los errores en las casillas y los incidentes son una tacha en el currículum del jefe o la jefa, y nadie quiere hacer quedar mal al superior. Que México espere.

En lo alto, allá en la cúpula de los institutos electorales, están personas elegidas por los mismos partidos políticos, cómodas, con un buen sueldo, sin carrera dentro del servicio electoral, y quienes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR