Ximena Peredo / El florero

AutorXimena Peredo

El viejo florero de Salinas ha sido sacado de la bodega de Palacio Nacional. AMLO lo mandó traer para desempolvarlo. Se le quedó mirando largo rato. Le gustó.

La CNDH que nació en 1989 como adorno moderno y para desacreditar a quienes acusaron de autoritario a Carlos Salinas ha sido, vaya ironía, recuperada como modelo para la actual Administración. La forma en que Rosario Piedra asumió la Presidencia de la CNDH no dejó lugar a dudas.

Costó muchos años que la CNDH dejara de ser una burla. No digo que ahora sea la institución robusta que necesita la crisis humanitaria estacionada en nuestro territorio, pero al menos sus recomendaciones y sus informes fueron ganando importancia política.

Destaco la Recomendación 15VG/2018 dirigida a 17 autoridades, entre ellas, el entonces Presidente Peña Nieto por, entre otras razones, obstaculizar la investigación en el caso de la desaparición de los 43 normalistas.

De ahí que la declaración del Presidente: "Quisieran que la CNDH siguiera convertida en un florero, que estuviese nada más de adornopara simular con la hipocresía que les caracteriza", me parece no sólo injusta, sino toda una proyección a futuro. ¿Por qué lo tengo tan claro?

Primero porque Piedra le deberá su elección a Morena. Es clarísimo.

Siendo hasta el 7 de noviembre pasado integrante de su Consejo Nacional, y habiendo sido candidata a Diputada federal de Morena por Nuevo León, Piedra es integrante del partido del Presidente. Esto, de hecho, es una controversia no resuelta porque según el Artículo 9 de la Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien presida el organismo no puede haber tenido un puesto directivo de algún partido en el último año anterior a su elección.

Además, la elección en sí misma debe anularse por fundada sospecha de fraude. Para que hubiera mayoría calificada a Morena terminó faltándole un voto, entonces desaparecieron uno. Así, como se lee.

Por si esto fuera poco -que no lo es, es una afrenta mayúscula-, basta ver el comportamiento de los senadores morenistas de defender como propia a Piedra. Perdiendo toda civilidad, llegando a los jaloneos, fue imposible no acordarse de la toma de protesta de Felipe...

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