¿Transgénicos benditos?

AutorEsteban Israel

REFORMA/ Italia

CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano prepara una reunión de expertos para analizar las ventajas y desventajas de los Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) y tomar posición.

La cuestión está ahora en manos del Arzobispo Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz.

"El debate sobre el uso de los alimentos genéticamente modificados es más político que social. Cuando un pueblo tiene que vencer el hambre, cualquier alimento sirve", dijo recientemente.

Según las Naciones Unidas hay 840 millones de personas desnutridas en el mundo, el 95 por ciento de ellos en países en vías de desarrollo.

Martino dice que los efectos negativos de los OGMs están todavía por verse. El mismo vivió un buen tiempo en Estados Unidos y no sufrió ninguna mutación, bromea a menudo.

"La Iglesia sigue con particular interés todos los avances científicos que permitan solucionar un drama que aflige a una parte tan grande de la Humanidad", dijo.

La posición del Vaticano fue insinuada también por el Arzobispo Elio Sgreccia, director del Centro de Bioética de la Universidad Católica de Roma y vicepresidente de la Pontificia Academia por la Vida.

"No podemos cerrarnos a la intervención del hombre sobre plantas y animales en el campo genético, siempre que los resultados no sean dañinos y sean útiles para el hombre", dijo a Radio Vaticana.

Monseñor Sgreccia aclaró que será necesario verificar científicamente los riesgos de los transgénicos para la salud humana y su impacto ecológico.

Más allá de las buenas intenciones del Papa, la toma de posición sobre los OGMs promete elevar la temperatura dentro de la Iglesia.

Los misioneros, por ejemplo, aseguran que las semillas transgénicas no solucionarán el hambre en el mundo.

"La cooperación para el desarrollo no se hace dando el pez, si no la caña de pescar", dijo el padre Giulio Albanese, director de la agencia misionaria de noticias MISNA. "El hambre no se combate con beneficencia, no se combate dando semillas que crean dependencia. Aquí se está lucrando con el hambre".

Una de las señales más duras contra los OGMs provino hasta ahora de Brasil, donde 14 Obispos advirtieron que la biotecnología amenaza de extinción a los pequeños agricultores.

"Los OGMs amenazan la soberanía alimenticia de nuestro país mediante la pérdida del control de semillas y organismos vivos patentados y convertidos en propiedad exclusiva de grupos trasnacionales guiados sólo por intereses comerciales", dijeron.

En Africa...

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