Coordenadas/ ¿A quién se subsidia?
| Autor | Enrique Quintana |
Uno de los principios fundamentales de la economía es que siempre hay quien paga la cuenta. No hay nada gratis, eso es sólo la apariencia.
La afirmación viene a cuento a propósito del polémico tema de los subsidios a la energía eléctrica para uso doméstico.
Yo estoy totalmente a favor de que se transparenten los subsidios, que se sepa quiénes los reciben, por qué y cuánto. Y en caso de que no se justifique, que se eliminen.
Pero para comenzar, como ya le hemos expresado en diversas ocasiones, no está claro que los subsidios sean sólo para los consumidores. Una parte de los subsidios es para los productores y distribuidores. Esto está muy claro en el caso de Luz y Fuerza del Centro y es un tema polémico en el caso de la Comisión Federal de Electricidad.
Se subsidia la ineficiencia de operación. Los contribuyentes le pagamos miles de millones de pesos a Luz y Fuerza del Centro más allá de lo que realmente requiere para distribuir la electricidad que en su mayor parte toma de la que es generada por la CFE, según lo que reconoce el propio Gobierno.
La subsidiamos porque tiene unos costos laborales exagerados; porque tiene una muy mala cobranza y porque le roban su producto masivamente.
Es cierto, que además del subsidio a la cadena de producción y distribución de energía también hay subsidio al consumidor doméstico y está muy bien que se retire el apoyo a quien no lo requiera.
Pero como hemos comentado aquí, se puso la carreta delante de los bueyes.
Se le quitó una parte del subsidio a los consumidores y se ofreció que los productores y distribuidores harían un esfuerzo para mejorar. Es decir para evitar el robo de electricidad, para mejorar su cobranza y para ser más eficientes.
Como dice el refrán, músico pagado toca mal son. O, si lo quiere poner en términos económicos claros, están mal colocados los incentivos. Las empresas del sector eléctrico van a mejorar sus ingresos sin necesidad de ser más eficientes, particularmente en el caso de Luz y Fuerza del Centro. Entonces, la urgencia de serlo será mucho menor.
Lo racional hubiera sido primero mejorar la eficiencia y después de un plazo en el que la sociedad pudiera corroborar que así se hizo, entonces sí requerir de los ciudadanos en general y de los consumidores de energía eléctrica en los particular, una contribución mayor.
Pero por lo pronto hay mayores cuentas para nosotros los consumidores y promesas de parte de los distribuidores.
Por si algo faltara, además hay problemas en el diseño...
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