¿A refundar el Estado?

AutorNayeli Ceceña, Lucero García y Emmanuel Noyola

MÉXICO.- A raíz de la necesidad de operar cambios al Estado mexicano, MURAL convocó a ocho especialistas para que reseñaran cuáles son los cambios que a su juicio consideran que exigen las actuales circunstancias políticas y sociales de nuestro País.

El sondeo revela que no todos reclaman hacer un gran cambio pero, en el contraste, hay quienes proponen refundar por completo el Estado mexicano.

Hay entre ellos quienes concentran la atención en las reformas políticas o electorales y algunos más que proponen como prioridad ampliar la reforma a ámbitos distintos al político.

Ésta es la opinión de ellos.

Federico Reyes Heroles

Sin monumento

Durante la última década hemos venido hablando de la "Gran Reforma de Estado" -cajón del sastre en el que todo cabe y nada se encuentra- y aquí estamos con las manos vacías.

Hay así una serie de reformas que no merecerán monumento, pero permitirían a los mexicanos y a los inversionistas confiar más en el país.

  1. Ausencia absoluta del titular del Ejecutivo. El actual precepto constitucional es un galimatías diseñado para un sistema de hegemonía de un partido.

  2. Los magistrados del Tribunal Federal Electoral no tienen suplencia. Se necesitan 6 de 7 para la calificación presidencial. Se imagina el lector si en esta elección dos hubieran faltado por cualquier motivo.

  3. La próxima elección federal caerá en manos de un Tribunal donde sólo uno de 7 tendrá experiencia. ¿No podríamos modificar la ley para que tanto en el IFE como en el Tribunal hubiera relevos escalonados?

  4. Contamos con un Legislativo de amateurs. Lo mismo ocurre con las presidencias municipales. Después nos quejamos de los impuestos al salmón y de la falta de continuidad en las políticas públicas. ¿No podríamos de una vez por todas aprobar la reelección -limitada por supuesto- para profesionalizar a los políticos?

  5. La seguridad pública es el flagelo número uno de la población. ¿Es acaso imposible imaginar otro esquema de organización con una policía unificada?

  6. Segunda vuelta en Ejecutivo y Legislativo. ¿Hay dudas?

    Se me ocurren otras medidas: fomentar las coaliciones; federalizar las elecciones locales y a los institutos de transparencia; los candidatos independientes; reformular el criterio proporcional en el Senado,etcétera.

    Santiago Creel

    Reformas para ponerse al día

    La democracia mexicana tiene el reto de ser socialmente eficaz.

    Un sistema democrático incapaz de generar mayorías políticas no funciona. Lo importante en cualquier democracia es impedir que se paralice y pierda funcionalidad. De lo contrario se desacredita y, peor aún, los ciudadanos no cuentan con un sistema que sirva a sus intereses.

    Resulta fundamental construir los mecanismos que conduzcan a la construcción de mayorías políticas estables y que impriman eficacia a la democracia.

    El sistema presidencial que nos rige no prevé la armonización del mandato del Presidente que triunfa en las urnas, con los compromisos que la oposición mayoritaria en el Poder Legislativo asume ante sus electores. En consecuencia, habrá que acercarnos a un esquema capaz de generar un arbitraje de ambos mandatos, que resuelva la construcción de mayorías y que, a su vez, éstas se traduzcan en acuerdos estables de gobierno.

    Además, el sistema actual tiene múltiples incentivos para competir y no para colaborar. Por ello, también debe abordarse la posibilidad de homologar el calendario electoral de las entidades federativas -actualmente disperso y sin lógica- y de disminuir los tiempos de campaña, de tal suerte que las fuerzas políticas tengan claramente definidos los tiempos de la contienda electoral y los tiempos de colaborar para materializar sus plataformas y ofertas de campaña.

    Igualmente, convendría adoptar la reelección consecutiva de legisladores. Así podría fortalecerse y estrecharse el vínculo entre los representa0ntes populares y sus electores, lo que redundaría en un mandato democrático más eficaz.

    La democracia debe ser el medio para generar bienestar a los ciudadanos. Ése es el objetivo: probar no sólo que la democracia funciona, sino también que genera beneficios a las mayorías y, sobre todo, a los que menos tienen. Por eso tiene que ser socialmente eficaz.

    La democracia debe servir para impulsar la creación de empleos, para combatir la pobreza, para luchar contra la inseguridad y la delincuencia, para fortalecer al campo y para incrementar la cobertura de los sistemas educativo y de salud.

    Conviene señalar la importancia de emprender una reforma electoral. No se pasa por alto que nuestro sistema político ha dado muestras de madurez y de institucionalidad en sus aspectos electoral y de división de poderes.

    Baste mencionar que el Congreso está, hoy, lejos de ser el apéndice del Ejecutivo que fue hasta hace no muchos años. Igualmente, el federalismo y la distribución de competencias entre órdenes de gobierno funciona para descentralizar responsabilidades y regionalizar el desarrollo. Por su parte, el IFE es la institución política más moderna con la que cuenta el país.

    A pesar de ello y a una década de la última reforma electoral de gran magnitud, es posible advertir que las reglas y las instituciones electorales pueden mejorar para acompañar la evolución política del país.

    Por ello, resulta deseable emprender reformas en...

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