'¿Y la crayola?, ¿y el País?'

AutorRoberto Zamarripa

"Todo se arregla si no lo ahogan. Si lo empiezan a ahogar, no va a haber nada", decía el jefe de seguridad del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a los camarógrafos que llevaban ya 50 minutos esperando el arribo del funcionario a la escuela "Porfirio Parra", en San Ángel.

En realidad a esas horas no había cómo "ahogarlo". La escuela primaria tiene un enorme patio y apenas una franja estaba ocupada por las cuatro mesas de votación, la 3 mil 471 básica y la contigua, con sus respectivas zonas para el voto de legisladores federales y para delegado y asambleístas capitalinos.

Además, los maestros de la escuela no rondaban por ahí, aunque dejaron su mensaje en una manta colgada en la entrada del inmueble: "La escuela Porfirio Parra, vespertina, exige el reconocimiento del Comité Ejecutivo Seccional Democrático encabezado por el Profesor Francisco N. Bravo Herrera. Rechazo total a Elba Esther Gordillo".

¿Quién quería ahogar a las 9:00 horas de una mañana fresca al Secretario de Gobernación? En la casilla 3 mil 471 nadie. El sofocamiento vino después. Encerrado en la tarde en su oficina, acompañado por el Director del Cisen, Guillermo Valdés, y algunos de sus colaboradores, Gómez Montt fue recibiendo a cuenta gotas los resultados de encuestas, las llamadas que pasaban de la esperanza a la decepción, y cuando se desgranaban los datos de los sondeos a boca de urna que emitieron las televisoras sobre las seis de la tarde, empezó a cambiar el semblante.

Su equipo, él mismo, sabían que los primeros datos eran fragmentarios, incompletos, imprecisos, pero aún así dibujaban la advertencia: el manchón rojo (y verde) crecía y crecía hasta conformar la seria desgracia, para el Gobierno federal, de tener un Congreso adverso, con una mayoría absoluta de la oposición.

Gómez Mont llegó a votar a las 9:00 horas, con otro escenario. Dos horas antes, la maestra Lucía Guzmán, presidenta de la casilla 3 mil 471 básica para la elección de Delegado ya acomodaba todos los implementos para la jornada electoral. Sobre las 8:00 horas, cuando deberían iniciar las votaciones, la señora Guzmán se acercó al profesor Carlos Bernal, académico del ITAM, y quien era el presidente de la casilla básica para la elección de diputados federales para decirle: "Oiga, vamos a cantar el Himno Nacional". Bernal, ataviado de saco azul marino apenas sonrió y meneó la cabeza en sentido negativo. La maestra Guzmán insistió: "mire, nos arrancamos con el 'Mexicanos al grito de guerra...

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