En vibración budista

AutorCecilia Núñez

Entrar calzado a un templo, acudir con ropa sugerente, señalar las imágenes religiosas o a la gente e, incluso, mirar a los ojos a los monjes son ofensas graves en la mayoría de los países de cultura budista.

"Se requieren ciertas actitudes del visitante, particularmente en un monasterio y en un sitio de peregrinaje. Se debe entrar descalzo, ya que los zapatos están sucios. Estos lugares pretenden mantener su sacralidad alejando todo tipo de suciedad tanto espiritual como material", comenta Marco Antonio Karam, director de Casa Tíbet México.

Por ejemplo, en Corea y el norte de Tailandia, la regla de entrar descalzos se extiende a las casas familiares y cabañas tribales. Los santuarios, en general, tienen normas más estrictas. Hay que vestir de manera recatada, con pantalones o faldas largas, cubriendo brazos y escote.

En los templos, Karam aconseja no pararse frente a la imagen de un Buda, sacarle fotos y mucho menos tocarlo. Al entrar se debe hacer una pequeña reverencia a las figuras búdicas y a los lugares en los que se hacen diferentes tipos de ofrendas.

"Se pide respeto hacia la comunidad monástica. Si se trata de un país en el sureste de Asia, como Tailandia, Sri Lanka o Birmania, las mujeres no pueden mirar a un monje a los ojos. Tampoco deben entregarle nada en las manos; únicamente pueden dejar el objeto a su alcance. Por supuesto, los monjes no pueden tocar ni ser tocados por una mujer, ni las monjas, por hombres", explica Karam.

Se saluda a los monjes con el gesto wai, las manos unidas en actitud de oración y el mentón elevado.

Más allá de los santuarios

Fuera de los sitios sacros...

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