Un año de altibajos: El Ejército en las calles

AutorKarla Garduño Morán

El 1o. de diciembre del 2006, en el Auditorio Nacional, el presidente Felipe Calderón fijó las tres prioridades de su gobierno: seguridad, generación de empleos y combate a la pobreza. La lucha contra el narcotráfico acaparó los esfuerzos gubernamentales al arranque de la administración. Hoy, en el saldo hay decomisos históricos, extradiciones de grandes capos y algunos golpes a bandas locales, pero también una lista de más de 2 mil ejecutados y un consumo creciente de estupefacientes.

En su primer discurso como Presidente y en sus primeras decisiones, Felipe Calderón dejó claro que la seguridad sería su prioridad; sin embargo, a pesar de las acciones que se presumen en la materia, los resultados todavía están lejos de ser contundentes.

Desde el 11 de diciembre, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas arrancó en Michoacán la que sería su estrategia inicial de combate al narco: un operativo conjunto entre las secretarías de Seguridad Pública, Defensa Nacional y Marina, y la Procuraduría General de la República; los cuales se replicaron después en Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Baja California y Veracruz.

Un primer corte de esos operativos lo ofreció Calderón en su I Informe de Gobierno: la detención de 4 mil 774 personas; el aseguramiento de 697 armas largas y el decomiso de 84 toneladas de marihuana entre enero y junio del 2007.

En el balance también destacaba la extradición de 15 capos de la droga a Estados Unidos, una decisión histórica ejecutada mediante un discreto operativo en la madrugada del 19 de enero.

Dos meses después, en una entrevista a la agencia Reuters fechada el 22 de marzo, el Presidente reveló que él y su familia habían recibido amenazas de muerte presuntamente por haber declarado la guerra al crimen organizado.

En septiembre y octubre, el gobierno asestó fuertes golpes: la detención de Sandra Ávila, apodada La Reina del Pacífico, y el decomiso de 23.5 toneladas de cocaína en Colima.

El procurador general de la República, Eduardo Medina-Mora, declaró que el narco sufrió un "octubre negro".

"En el primer año tiene que haber siempre un mensaje", considera Gerardo Laveaga, director del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe). "Las grandes líneas en materia de orden político y en materia de fortalecimiento institucional han resultado más que claras. El mensaje es que el presidente de la República tiene como prioridad la seguridad pública, la modernización jurídica de México".

Pero el mensaje parece no haber intimidado a las bandas de narcotraficantes. Las ejecuciones, que ya el año pasado alcanzaron niveles alarmantes, no han cedido en el 2007. Hasta el 21 de...

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