Un año de altibajos: Jugar a nivel de cancha

AutorEmiliano Ruiz Parra

El 1o. de diciembre del 2006, en el Auditorio Nacional, el presidente Felipe Calderón fijó las tres prioridades de su gobierno: seguridad, generación de empleos y combate a la pobreza. La lucha contra el narcotráfico acaparó los esfuerzos gubernamentales al arranque de la administración. Hoy, en el saldo hay decomisos históricos, extradiciones de grandes capos y algunos golpes a bandas locales, pero también una lista de más de 2 mil ejecutados y un consumo creciente de estupefacientes.

Discreción. Con esa divisa, el presidente Felipe Calderón impulsó dos de las llamadas "reformas estructurales": el sistema de pensiones del ISSSTE y la reforma hacendaria.

En la reforma política, sin embargo, Calderón cedió la iniciativa al PRI. Fue el coordinador de los senadores de ese partido, Manlio Fabio Beltrones, quien impulsó la creación de la Comisión Ejecutiva para la Negociación y Construcción de Acuerdos (CENCA) con una ley publicada el 29 de marzo pasado.

Calderón prefirió negociar fuera del alcance de los medios de comunicación. Personalmente o por medio de legisladores del PAN, el Presidente primero cabildeó sus iniciativas y después de meses de negociación mandó el dictamen consensuado al Congreso de la Unión a cumplir con el trámite legislativo. Un método que anunció desde que era precandidato, y que consiste en no anunciar nada hasta que esté amarrado.

Ricardo García Cervantes, senador panista y representante del PAN en la mesa de la reforma electoral, advierte que Calderón se ha apoyado en la discreción y en la negociación sin maximalismos para impulsar las reformas. Agrega que la reforma hacendaria no se aprobó en los términos del Ejecutivo, pero sí fue la mejor dentro de lo posible.

"La política no siempre va acompañada de la misma agenda y el mismo interés de los medios. La continuidad en la reflexión implica compromisos de discreción. "Si le subimos el volumen al radio, a la televisión y nos agarramos a periodicazos, puede ser muy divertido, pero muy poco eficiente", añade.

Es el manual del foxismo, pero al revés.

Los dos primeros meses del año, Calderón negoció la reforma del ISSSTE. A través del ex priista Miguel Ángel Yunes, director del ISSSTE, consiguió que dos antiguos enemigos como Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, y Joel Ayala, líder de los burócratas, asumieran como propia la reforma.

Rogelio Carbajal, diputado panista y ex secretario particular de Calderón, cuenta que el propio Presidente se sentó con los líderes...

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