Paraíso perdido / Newman, un clásico en Hollywood

AutorRafael Aviña

Su cautivador rostro de ojos azules y su atrevido sentido del humor ante las situaciones más adversas colocaron a Paul Newman (Cleveland, Ohio, 1925-Connecticut, 2008), como uno de los mayores simpáticos sinvergüenzas de la pantalla grande, a pesar de algunos roles dramáticos como los de sus primeras obras. Pero, sobre todo, Newman, quien debutó en el cine en 1954 con el fallido relato de corte bíblico El cáliz de plata, papel que rechazó Marlon Brando en su momento, se trastocó en uno de los héroes crepusculares más notables a partir de un puñado de títulos extraordinarios, algunos de ellos de gran impacto comercial como Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969) y El golpe (1973), dirigidas ambas por George Roy Hill y coprotagonizadas por Robert Redford.

Aquejado por un cáncer de pulmón y en compañía de su inseparable segunda esposa, la actriz Joanne Woodward, con quien formó una de las parejas más sólidas dentro y fuera de la pantalla, Newman falleció el pasado 26 de septiembre, dejando un legado de filmes atractivos y algunos memorables. Radiooperador durante la Segunda Guerra Mundial cuando cumplió su servicio militar y más tarde graduado en Economía, Newman se unió muy joven a una compañía teatral de Illinois, en la cual conoció a Jacky Witte, su primera esposa. Más tarde, estudió interpretación en Yale, así como en el mítico Actor's Studio neoyorquino de Lee Strasberg, en donde coincidió con otras futuras estrellas como James Dean y Steve McQueen, a quien le arrebató el papel del boxeador Rocky Graziano en El estigma del arroyo (1956), dirigida por Robert Wise, al lado de Pier Angeli y con roles secundarios de Sal Mineo y el propio McQueen.

Descubierto por unos agentes de Hollywood cuando sustituía al protagonista de la puesta en escena de Picnic, Newman escaló posiciones con mucha rapidez, cautivando al público, a la crítica y a la Academia de Hollywood, que le otorgó varias nominaciones al Óscar. Así sucedió con Una gata sobre el tejado caliente (Richard Brooks, 1958), basada en la obra de Tennessee Williams, en la que Newman se lució como el atormentado vástago de un empresario adinerado -las referencias homosexuales del personaje fueron eliminadas en esta versión fílmica-, al lado de una bellísima Elizabeth Taylor.

Ese año de 1958, Newman contrae matrimonio con Woodward, quien venía de ganar el Óscar por su papel de joven con personalidad múltiple en Las tres caras de Eva (1957), al tiempo que ambos protagonizaban El largo y...

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