Paraíso de excentricidades

AutorCecilia Núñez

Enviada

PATTAYA, Tailandia.- Una semana en la tranquila provincia tailandesa de Trat, cerca de la frontera con Camboya, y ya sentimos empatía con la naturaleza, el ritmo pausado y la espiritualidad de sus habitantes.

Sin emnargo, estamos a punto de aprender una lección: en un país de contrastes, uno no puede acostumbrarse a nada.

A 150 kilómetros de Bangkok, nuestro estado de ánimo se altera con el primer vistazo a Pattaya: calles encharcadas, impregnadas de olor a comida, humedad y ruido omnipresente; todo bajo un calor asfixiante, propio del sudeste asiático.

Pronto la incomodidad se convierte en seducción: nos abrimos paso en la llamada Walking Street entre olas de turistas y lugareños que ofrecen todo tipo de placeres: masajes callejeros, comida, recuerditos y chicas dispuestas a la compañía fugaz. Pero nuestra atención se concentra en la gran cantidad de travestis que nos hacen dudar hasta de nuestro propio género.

Tenemos sólo unas horas más para recorrer Pattaya. Nos dirigimos al sur de la ciudad sobre Sukhumvit Road hacia el mercado flotante, inaugurado en noviembre de 2008.

Aunque nos cueste creerlo, nada de lo que vemos es real. El sitio posee una réplica de templos y edificios de varias provincias tailandesas y está conectado, como los mercados flotantes antiguos, por una serie de canales por donde pasan embarcaciones que ofrecen artesanías, flores, frutas exóticas o comida típica a los visitantes.

Entre los cientos de locales, una mujer nos invita a hacernos un masaje de pies a cargo de miles de peces bigotones que, a mordiditas, comen células muertas de nuestra piel. Nos descalzamos y nos sometemos a una sesión de cosquillas y risas desenfrenadas.

Salimos del "fish spa" para ir a un templo que, si bien no se encuentra en un edificio antiguo, inspira tranquilidad y respeto. Cada uno de los dioses hindúes y las imágenes de buda son honradas con ofrendas y oraciones.

"No compren ningún buda o figura religiosa aquí, ésta es la ciudad del pecado", nos advierte Wan, nuestra guía, justo cuando tenemos en las manos la estatuilla del muy milagroso dios Ganesh (mitad hombre mitad elefante).

Pronto, la noche se convierte en el escenario de la carta fuerte de Pattaya, el...

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