Lluís Bassets / Ojo al gorila

AutorLluís Bassets

Hace dos años de esa historia. La CIA había utilizado territorio y aeropuertos europeos para secuestrar y trasladar a sospechosos de terrorismo a cárceles secretas en países donde no hay límites para los interrogatorios de los detenidos o a instalaciones clandestinas en la misma Europa.

La justicia alemana e italiana andaba detrás de estas actividades ilegales; varios parlamentos habían empezado a realizar pesquisas.

Empezaba un escándalo mayúsculo que ponía en duda, una vez más, el respeto de los derechos humanos y de la soberanía de los países europeos por parte de Estados Unidos, y la complicidad, ya fuera cooperación ya negligencia, por parte de un buen puñado de miembros de la Unión Europea (UE).

Hace unos pocos meses salió a la luz la trascripción de lo que se dijo en aquella cena y pudo saberse que la señora Rice había hablado del gorila con suficiente claridad a unos comensales que en muy pocos casos expresaron disgusto por lo que allí oyeron.

Por más que cerremos los ojos, el gorila nunca se ha ido y sigue haciendo de las suyas. Estos días le hemos visto en dos ocasiones.

Una: el candidato a fiscal de Estados Unidos, Michael Mukasey, ha declarado que le repugna la utilización del waterboarding (ahogamiento por inmersión) en los interrogatorios, pero que no sabe si viola las leyes estadounidenses contra la tortura.

El hombre a quien quiere sustituir, Alberto Gonzales, es uno de los responsables de los numerosos memorandos que justifican la tortura, las escuchas telefónicas y las detenciones sin control judicial.

Y la otra: el Departamento de Estado ha concedido, sin tener autoridad para hacerlo, la inmunidad a varios mercenarios contratados por Estados Unidos que mataron a 17 iraquíes indefensos.

La decisión ha creado un enorme malestar en el Congreso y en el FBI, que están investigando este incidente, y en el Gobierno iraquí, que se siente vejado e insultado por la impunidad con que actúan los guardaespaldas en su territorio.

El gorila vive de dos cosas, una antigua y otra moderna.

La antigua es la acumulación de poder del Presidente estadounidense, que le ha permitido eludir los controles judiciales y parlamentarios en casa, definir a su gusto qué es tortura o declarar a alguien combatiente ilegal.

La moderna es la externalización de la guerra contra el terrorismo con idéntico objetivo: sortear la legalidad estadounidense y el control parlamentario y judicial, e incluso hacer negocio. Guantánamo pertenece este capítulo, como las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR