Víctima y victimario: roles del acoso escolar

AutorNatalia Vitela

Víctima, victimario o testigo, ¿cuál es el rol que juega su hijo en la escuela? Un estudio sobre bullying, palabra inglesa que significa maltrato o intimidación entre iguales, revela que la mayoría de los estudiantes no sólo es blanco de la agresión, sino que es también agresor o presencia la violencia.

Eso significa que no sólo debe preocuparse en identificar si su hijo es víctima, pues, para desarticular la violencia, es necesario atender los tres roles, que desempeña de manera simultánea 70 por ciento de los estudiantes de primaria y secundaria del Distrito Federal, según la investigación realizada en 2008 a 4 mil 600 alumnos por expertos de la Secretaría de Educación local y de la Universidad Intercontinental.

Especialistas en acoso escolar coinciden en que se trata de un fenómeno que ha existido siempre, pero que se ha agudizado, lo que evidencia el recrudecimiento de la violencia social actual.

Formas de agresión

En el libro ¡Ya No Quiero Ir a la Escuela!, de Trixia Valle, se explica que el acoso escolar se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin una razón, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros.

Las formas más cotidianas de agresión son los insultos, las burlas y los mensajes ofensivos vía celular o por la red.

El agresor hace sentir a la víctima como si no existiera, la golpea, roba sus pertenencias o le toca el cuerpo de manera ofensiva.

Por ello, indica Adriana González, psicóloga del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, los papás deben abrir bien los ojos, pues la observación es la principal arma con la que cuentan para identificar si su hijo es víctima, victimario o testigo.

Valle señala que las víctimas se aislan, lloran, inventan excusas para faltar al colegio, padecen insomnio, sufren dolores de estómago, pecho y cabeza y experimentan náuseas.

Los victimarios siempre están burlándose de los otros, son irrespetuosos y autoritarios. Además, les gusta pelear, no toleran una equivocación, no tienen reparo en mentir y no confían en los demás.

Mientras que los testigos aplican la ley del silencio porque tienen miedo de acusar o hablar con los adultos sobre lo que pasa por temor a convertirse en víctimas.

Forjando el carácter

Maritza García, investigadora de la facultad de Psicología de la Universidad Intercontinental...

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