¡Oh Yogur!

AutorJulieta Rodríguez

Fotos: Gerardo Garza

El yogur es un alimento suave, viscoso y de sabor delicado, resultado del crecimiento de bacterias en leche tibia.

Buena parte de culpa de toda esta descarga de salud que el yogur guarda en su blancura, a veces enriquecida con frutas, la tienen los dos fermentos clásicos del yogur: el lactobacillus bulgaricus y el streptococcus thermophilus, que permanecen vivos tras la fermentación.

Ambos se comportan como un equipo natural muy bien conjuntado, ya que mientras el lactobacillus bulgaricus es el principal responsable de la acidez del yogur, el otro componente le proporciona su aroma y textura inconfundibles.

Y para mantener vivos ambos fermentos es necesario el frío, por lo que la conservación del yogur debe ser siempre a baja temperatura.

Por su composición, el yogur se convierte en un producto fácilmente digerible y, aunque la persona que lo consuma presente un déficit parcial o casi total a la lactosa, tiene asegurado un importante aporte de calcio, además de una protección y regulación en la flora intestinal.

Las cualidades nutritivas de las que goza este lácteo provienen no sólo de la leche, sino también de la transformación de ésta como resultado de la fermentación a que se somete.

Es por eso que el yogur, así como otros productos lácteos fermentados, estimula las secreciones del aparato digestivo, ayudando a la gastritis y al estreñimiento, a la buena digeribilidad y, además, ayuda a la absorción de muchas sustancias.

"Este producto (el yogur) es recomendable que lo consuman personas de todas las edades, ya que les va a aportar los nutrimentos más importantes de la leche, como son el calcio, el fósforo, la vitamina D y las proteínas", dice la nutrióloga Alma Laura Zendejas de Lozano.

El sabor del yogur se ha disfrutado desde hace muchos años, siendo Ilya Metschnikoff, premio Nobel en 1908, la figura que más ha contribuido a introducir este producto en el mundo occidental. El estaba convencido de que el consumo de grandes cantidades de esta leche fermentada era el responsable de la longevidad de los búlgaros.

Sin embargo, hasta ahora ningún estudio ha avalado que el yogur sea fuente de la eterna juventud, aunque sí ha quedado en claro en estudios que han hecho algunos científicos, el considerar este lácteo como un alimento funcional, pues proporciona algunos nutrientes que han mostrado estar relacionados con una disminución del riesgo de contraer algunas enfermedades.

Si bien el calcio es el que desempeña las...

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