¡Qué miedo! Hacedores de fantasmas
| Autor | Eduardo Molina |
Uno es el hombre de los mil gestos y el otro ha llevado a la pantalla grande algunos de los momentos mágicos de los últimos años, y esta vez se juntan para ofrecer Los Fantasmas de Scrooge.
Con la versatilidad de Jim Carrey y el oficio de Robert Zemeckis, el clásico "A Christmas Carol", de Charles Dickens, llega al cine en tercera dimensión este 6 de noviembre a nivel mundial.
Carrey habla del proyecto en conferencia de prensa en el hotel Beverly Wilshire, en el corazón de Beverly Hills; justo el mismo lugar donde, un día antes, Zemeckis había compartido sus experiencias del rodaje con los reporteros.
JIM, EL INSATISFECHO
Las mil y una caras por las que Jim Carrey es conocido le sirvieron de mucho en el rodaje de Los Fantasmas de Scrooge (A Christmas Carol, 2009), ya que el canadiense realiza siete personajes distintos.
El actor de 47 años interpreta a Scrooge en diferentes edades y también a los fantasmas del pasado, presente y futuro que lo visitan y llevan en su viaje de autodescubrimiento.
La técnica con la que capturan con sensores todos los movimientos y gestos de los actores antes de pasarlos a un personaje digital le exigió actuar todas las escenas en un escenario inexistente.
"Son actuaciones completas realizadas por actores, y hay ciertos aspectos de la tecnología que son tan emocionantes y creativos que no te puedes esperar a ver en lo que se convierte", expresa emocionado.
Carrey actuaba las escenas completas junto al resto del elenco, sin cortes, como si fuera una obra de teatro creada sin vestuario, frente a una pantalla.
"Algunas cosas de la tecnología hacen que realizar el filme sea más fácil, ya que puedes hacer muchas escenas y mucho material al mismo tiempo. Para el director es fácil crear muchos ambientes y para un actor hay retos extras, ya que tenemos que imaginar los alrededores en la mente", explica.
El actor, quien luce barba y unos kilos de más, se entregó por completo a su director, pues es la única manera en la que puede trabajar.
"Es importante confiar en tu capitán, tener esa fe y adorar su trabajo", afirma. "Actuar siempre es incómodo, por lo menos para mí, siempre estoy incómodo y nunca estoy satisfecho".
Esa inseguridad, que no podría adivinarse al ver la personalidad que muestra en la pantalla y en las entrevistas, tiene que ver con el perfeccionismo que anhela encontrar.
"Es una divina insatisfacción, no hay otra manera de describirlo. Usualmente cuando haces una escena en la que dices '¡Lo logré!'...
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