¡Mal de ojo!

AutorPedro Iván Quintana

El 4 de agosto de 1999 la Selección Mexicana consiguió lo que se le había negado en 76 años de historia: su primer título en un torneo oficial de la Federación Internacional del Futbol Asociado (FIFA), el de la Copa Confederaciones.

Y si en algún momento el triunfo de México fue demeritado por el hecho de jugar como local, frente a una selección brasileña a la que le faltaron estrellas, y con la participación en el torneo de una selección alemana en franca decadencia, lo cierto es que no fue producto de la casualidad.

Pero qué mejor material para demeritar ese triunfo que los resultados que el equipo de Enrique Meza ha conseguido en la edición del 2001.

Quien vio jugar al equipo mexicano que se coronó en 1999, no sólo en la Copa Confederaciones, sino desde el Mundial de Francia 98, sabe que su futbol era de lo mejor que se le había visto en mucho tiempo, y entendía que ese triunfo significaba el ascenso del futbol mexicano un escalón más hacia las aún lejanas potencias del futbol mundial.

México ganó reconocimiento alrededor del orbe. El desempeño en Francia 98, y después el tercer lugar en la Copa América Paraguay 99, y los triunfos en las Copas USA, Corea y Carlsberg, pusieron a México en un sitio de reconocimiento y lo mantuvieron dentro de los primeros 10 del ranking mundial. Ese fue el proceso que culminó con el triunfo en la Copa Confederaciones.

Hoy, después de lo que pasó, México retrocedió varios escalones. Por lo menos eso es lo que dicen las estadísticas.

Las marcas de Meza

México había perdido más de cuatro partidos consecutivos en dos...

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