Froylán M. López Narváez / En la torre

AutorFroylán M. López Narváez

No mereció simpatía ni adhesión generalizadas, ni comprensiones, el anuncio del jefe de Gobierno de la ciudad capital de México, de la erección de una obra descomunal llamada Torre Bicentenario. Aunque se celebra también el centenario de la Revolución Mexicana en el 2010, se desdeña en esta empresa la movilización nacional más importante para los mexicanos contemporáneos; sin olvido de 1810, u ocho como ya se aclara ahora.

Marcelo Ebrard no dio pormenores para justificar la ubicación y emergencia de un edificio que está dedicado a los negocios, a los negociantes. Por supuesto, aludió a la bondad de que habría una inversión cuantiosa y destacó que se podría dar, contratar, empleo temporal a 4 mil 400 personas y a 600 permanentemente. Se ha acogido a la conveniencia de fincar esa torre gigantesca (la más grandota de América Latina, 197 mil metros cuadrados para oficinistas, 8 mil para "eventos", sucesos fiesteros y de recreo, y 5 mil para lobbies, comercios y restaurantes) en previsión del "desorden que puede venir -argumentum ad ignorantiam este- y que ustedes ya están viviendo y en uso del espacio".

La obra "detonará" el ordenamiento de la zona, se alegó. Seguramente en estos mismos días se ofrecerán datos y anunciarán consecuencias plausibles. Hoy no se tiene conciencia amplia ni de uno ni de lo otro. No hay sino el anuncio y varias objeciones, legales, urbanísticas y políticas que no llevan a la creencia de que el proyecto se impondrá a como dé lugar. Se divulgó que habría que derruir un edificio cuyos dueños están dispuestos a transar y bajo la tutela del INBA, ahora al cuidado de una guerrera atenta a los bienes y patrimonios nacionales, egresada del INAH. Está el inmueble incluido en un catálogo sin declaratoria, se dijo.

Gabriela Cuevas, delegada panista de la delegación Miguel Hidalgo, advirtió rotundamente: "En la Delegación Miguel Hidalgo, si no se cumple con los requisitos de ley, sea el gobierno que sea, no se va a poder construir". Ahora el proyecto es inviable, pues en la zona en la que está prevista no existe uso de suelo para edificar más de tres niveles y es un ghetto residencial.

Hace una semana se anunciaron otras tareas para los festejos o remembranzas de las revoluciones -ahora execradas o reconsideradas, de todas maneras inevitables- de 1810 y de 1910. La misma Jefatura de Gobierno expuso un programa muy vasto, heterogéneo, que incluye rescates bibliográficos, zonas y recintos memorables, valiosos, manejo de las redes...

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