¡Fuchi la comida!

AutorGeorgina Montalvo

Si su pequeño tiene alrededor de 2 años de edad y es común que no atienda al llamado: "es hora de comer", o tiene que corretearlo para que acepte un bocado, tome en cuenta que el crecimiento acelerado que vivió durante los primeros meses de vida está bajando el ritmo y, por lo tanto, su requerimiento de nutrientes es menor.

Además no piense que ustedes son los únicos que tienen un hijo o hija "remilgoso" para comer, pues uno de los motivos más frecuentes de consulta a esta edad, señalan pediatras, es la falta de apetito o la apreciación de la mamá de que su niño o niña come mal.

Tampoco tome como referencia a otros niños para asegurar que su hijo no come como ellos, pues la cantidad de comida que necesita cada quien es diferente.

Trabajo en equipo

Lograr una alimentación exitosa es responsabilidad de padres e hijos, coinciden los expertos: los primeros deciden qué, cómo y dónde se va a comer; y los segundos, definen la cantidad e incluso dicen si comen o no en ese momento.

Una clave para saber si niños y niñas están comiendo suficiente es observar su crecimiento y, con ayuda del pediatra, determinar si el desarrollo está siendo normal.

Y si su hijo decide no ingerir alimento en un momento del día, el desayuno por ejemplo, puede estar seguro de que en la comida o la cena compensará lo que le hace falta.

A partir de los 2 años y hasta los 6, los niños desarrollan su sentimiento de independencia, así es que si desean comer sin ayuda de un adulto, debe respetar tal decisión aunque usted piense que se ensucia o no come bien.

Si insiste en no permitirle tener esa experiencia, es muy probable que se empiece a establecer una rivalidad por el control de la alimentación y que por esa razón el niño decida dejar de comer.

Una regla comprobada en su efectividad, señalan pediatras, es ofrecer mínimo una cucharada de cada tipo de comida (sopa, guisado, postre) por cada año de edad que su niño tenga; y si aún sigue con hambre, puede servirle más y una vez que se diga satisfecho, debe permitirle dejar de comer.

Salidas falsas

Estas acciones sólo empeoran la relación del pequeño con la comida, así que mejor evítelas:

· Poner al niño a comer cuando no tiene hambre o después de haberle permitido darse el gusto de una golosina.

·...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR