¡Qué Frío!

AutorRicardo Pohlenz

Era obvio que por las características específicas de su realización, La Era de Hielo, la nueva apuesta de Fox en el terreno de la animación digital, sería comparada -en desventaja- con Shrek (último engendro amparado por Dreamworks) y Monsters, Inc. (fantasía borgeana concebida por el matrimonio de Disney y Pixar).

Se argumenta, en principio, cierta complejidad temática y vocación cínica en las películas de las compañías rivales con las que no compite la extrema sencillez argumental de La Edad de Hielo. En ello está, de cualquier modo, su encanto y su eficacia. El slapstick desbordado que construye a la primera escena, muy en el espíritu de los cortos animados de Tex Avery y Fred Quimby, donde una horrenda ardilla prehistórica (como la comadreja frenética de los cortos del Gallo Claudio hechos por Chuck Jones para la Warner) intenta esconder infructuosamente una bellota en el hielo. Tal es su empecinamiento que, cuando finalmente logra incrustarla contra el suelo helado, provoca un desprendimiento de glaciares que se convierte en un alud apoteósico y viene a demostrarnos el manejo e impacto visual que tienen los realizadores.

No es para menos: el director, Chris Wedge, tiene a cuestas un Oscar por el mejor corto animado, otorgado a Bunny (1998), hecho a través de su compañía Deep Blue Sky, donde también participó Carlos Saldanha -quien le hace segunda en esta película- como animador y creador de modelos. De hecho, Bunny, corto animado digital de ocho minutos, que narra las vicisitudes que enfrenta una coneja envejecida en su lucha contra una polilla, apela más bien a una sensibilidad adulta (Tom Waits compuso una canción expresamente para el corto), que no deja de ser algo que se destaca en los trabajos anteriores de Wedge, entre los que estuvo la dirección de animación (es decir, a cargo de las cucarachas) de Joe's Department y la supervisión creativa en Alien, la Resurrección.

Después del alud, quedamos enfrentados a una manada de animales no muy lejana -en términos formales- de la vista en Dinosaurio (que de hecho, era lo único que valía la pena ver en esa película), de donde acaban por destacar un Mamut y un perezoso de ojos desorbitados, a quienes se les juntará después un tigre dientes de sable para formar una fortuita y disfuncional comitiva encargada de regresar a un bebé humano con su manada. (Las semejanzas inherentes de esta criatura, llamada Bodoque por los animales, y la pequeña Boo de Monsters, Inc. hacen pensar en constantes...

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