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¡Espuelas y ya!

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Vincent
AutorJesús Carvajal

EL NORTE / Enviado

SAN ANTONIO.- Es cierto, Tim Duncan no es aún una leyenda, las Espuelas no son todavía una dinastía, pero desde anoche son nuevamente los campeones de la NBA.

San Antonio destronó 81-74 a los Pistones de Detroit en el séptimo y decisivo juego de la Serie Final, para lograr su tercer título en los últimos siete años.

Apenas sonó la chicharra para la finalización del juego y se escuchó el fondo musical de "We are the Champions", que elevó la emotividad al tope de locura de las casi 19 mil personas en el SBC Center.

Duncan tenía la mejor productividad del equipo en la serie, pero su aporte faltaba en los momentos clave.

Ayer, el nativo de Islas Vírgenes se sacudió el estigma de ineficiente en los momentos cruciales al aportar 25 puntos y 11 rebotes para obtener por tercera ocasión en su carrera el premio al Jugador Más Valioso de las Finales.

Una vez más, la afición texana gozó la obtención de un título que también tuvo un sabor latino con el argentino Emanuel Ginobili, quien terminó anoche con 23 puntos.

"Lo hicimos, lo hicimos nuevamente, no podría estar más feliz", gritó Ginobili, quien ha ganado dos cetros con San Antonio y en el 2004 obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.

San Antonio batalló, pero validó los pronósticos y no hizo quedar mal a la historia que argumenta que ningún equipo se ha levantado de un 3-2 para ganar los juegos seis y siete en una Final.

La arena entró en erupción desde el arranque de un desafío que enfrentó a los dos últimos campeones y que escenificaron la Final más pareja de los últimos 11 años.

Aunque San Antonio lució por momentos temeroso ante un Detroit que en el tercer cuarto se despegó a seis y ocho puntos en dos ocasiones, los locales poco a poco fueron dejando atrás el pánico escénico.

En el último cuarto ambos equipos entraron empatados 57-57, pero ya iniciado el último parcial San Antonio retomó el status de dominante.

Ginobili clavó el balón y pidió al público más apoyo moviendo los brazos, cuando faltaba más de la mitad del último cuarto.

El mismo argentino se encargó de comenzar a sellar el juego, primero asistiendo para una canasta...

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