¡Es Puma! / ¿Cómo no te voy a golear?

AutorGermán Dehesa

Los cruzazulinos con amplísima sonrisa, comentarán a lo largo de esta semana que hoy domingo 28, en el estadio de CU, hicieron pedazos a los Pumas. Es totalmente falso. Los Pumas salieron a la cancha hechos pedazos; lo que hizo el Cruz Azul fue recoger y capitalizar esta pedacería de felino. Por más que reviso los archivos de mi memoria, no recuerdo que en su cancha los Pumas hayan recibido un marcador tan adverso y contundente. Imagino que de inmediato surgirá por ahí algún genio de la estadística que me hablará de tragedias mayores. No lo dudo, pero yo no estaba ahí. Hoy sí estuve, y para mayor escarnio, acudí en compañía de dos de mis hijos quienes, gracias a una intensa y auriazul campaña de evangelización, comienzan (¿o comenzaban?) a profesar la fe y el fervor Puma. Gol que caía me volteaban a ver con cara de telenovela y con un gesto que parecía preguntar ¿es a este equipejo al que quieres que apoyemos?. Yo, callado.

Además, bien mirado, el marcador es lo de menos; lo realmente grave es la pereza, la lentitud, la falta de idea y la ausencia de espíritu que están manifestando los Pumas en este torneo que no sé si para los demás equipos es de apertura, pero para nosotros es de una lamentable clausura total. Hoy, los graves problemas que viene arrastrando Pumas afloraron y se mostraron de modo inocultable en un marcador catastrófico, pero el problema viene de lejos.

Tuvimos un equipo que, a lo largo de dos torneos lo ganó todo. Era un plantel joven, con mística, con hambre que, de haber permanecido reunido y embalado, todavía hubiera hecho mucho, aun en el plano internacional. Ya sabemos que una de las facetas más sórdidas del espíritu mexicano es nuestra incapacidad, nuestro temor a triunfar y a perseverar en el triunfo. Hugo, en cuanta entrevista concedió, se cansó de decir que "se mantendría el plantel". No fue así y así nos fue. Todo comenzó con la negativa a comprar la carta de Marioni (para luego, exprimido y lastimado, recomprarlo a muy alto precio). Ésta fue la primera piedra que fue extraída de aquel sólido edificio que teníamos. Vino luego la absurda venta del Kikín Fonseca (que hoy, de modo totalmente injusto, fue abucheado por esa porra Puma que él se encargó de silenciar con su profesionalismo, su caballerosidad y con un golazo de gente grande) que no tan sólo le quitó a Pumas un jugador valiosísimo, sino que lesionó irremisiblemente el liderazgo en la cancha. Me dirán que nadie es imprescindible, pero para el proyecto de...

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