¡Es Puma! / Pumas, entre paréntesis

AutorGermán Dehesa

Poner algo entre paréntesis, como apoyo gráfico del discurso, significa hacer un comentario que se sale de la línea principal de la narración, o de la argumentación.

Si ya el intento de apresar a la realidad con esa débil red que son las palabras (signos convencionales), usar el paréntesis implica una doble virtualidad y un alejamiento de lo que podríamos llamar la realidad real que, de hecho, nadie conoce, en favor de lo que podemos nombrar como realidad subjetiva.

A sabiendas de todo esto y después de mirar el desempeño de Pumas en dos partidos, puedo decir que nuestro equipo está entre paréntesis.

Me imagino que este comentario viene al caso porque en el partido de hoy, los valientes, lúcidos, ilustrados y yo diría audaces miembros de alguna de las consternantes porras supuestamente "universitarias" y más supuestamente "civilizadas" dedicaron su ocio a mentarme la madre con esa sorprendente, cavernícola y anónima facilidad que tienen para la vulgaridad y la injuria que se diluye en la comodidad de la masa.

Es correcto. Lo sorprendente sería que se comportaran con lucidez y dignidad. Por supuesto que no me doy por ofendido. Me ofende quien puede y no quien quiere; además hay un problema adicional: yo no estuve en el estadio y a mi bendecida jefecita no la dejan salir de la urna donde reposan (yo espero) sus cenizas.

Si mi sueño utópico se cumpliera y se pudiera razonar con estos hombrecitos de Tepexpan, les diría que platicáramos y me convencieran de que no tengo razón al afirmar que los Pumas están jugando con demasiada presión y con escasísimas ideas futbolísticas y que todo esto se debe al hecho evidente de que no pueden, por ser tan jóvenes, por tener un plantel tan magro y por ser tan limitados sus recursos, enfrentar un campeonato nacional y un compromiso continental.

Yo no sé por qué decir esto (en calidad de opinión personal) me convierta en un "traidor", como conmovedoramente me gritaban estos rotavirus anónimos, o me convierte en una persona cuyo árbol genealógico deba ser zarandeado, o cuyo cuerpo deba ser conducido a la hoguera.

¿Cuál es la prisa, mis jóvenes ayatolas?, ya se encargará el tiempo de consumirnos a todos. Mientras esto no suceda y sin perder de vista que la materia misma de lo que estamos hablando es "materia leve" (se trata de un juego, de una diversión y, para algunos -reventadores incluidos-, de un negocio), reivindico y confirmo mi derecho a no ser borrego infectado por el fanatismo, sino un ciudadano...

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