¡Es Puma!/ Expedición punitiva

AutorGermán Dehesa

El 9 de marzo de 1916, Francisco Villa atacó el poblado de Columbus, Nuevo México. Con o sin la autorización (los historiadores traen un leve camote al respecto) del Presidente Carranza, el ejército norteamericano penetró en territorio nacional en la que habría de ser llamada "la expedición punitiva". Al frente de ella venía John J. Pershing, futuro héroe de la Primera Guerra Mundial y entre la tropa se hallaba George Patton quien sería destacado personaje en la segunda conflagración mundial. El resultado es de todos conocido (¡lo platicamos todos!, diría Bermúdez): Pershing y Patton y todos los güeros subieron y bajaron, arrastraron la pata por todo el norte del país y mi general Francisco Villa se dedicó a reírse de ellos. Como dice el corrido: "¿Qué pensarían, ay, los americanos?/ que combatir era un baile de carquís; /con sus caras cubiertas de vergüenza/ se tuvieron que volver a su país."

Si algo distingue a los estadounidenses es su incapacidad de olvido y su durable tenacidad. 85 años después, en otro lugar también llamado Columbus, pero éste en Ohio, los "bolillos tan patones" le dieron cabal cumplimiento a lo que no logró Pershing y nos partieron toda nuestra venerada madrecita. Ni las manos metimos. Hasta ganas dan de llorar al ver a tantísimos mexicanos (parientes todos ellos del Huarashington) que se arrancaron desde lugares tan distantes como Atlacomulco y el DF y llegaron por carretera a los helados territorios de Ohio. Si el fervor popular contara, tendríamos que haber ganado; pero los intereses de la selmex.com no coinciden, al parecer, ni mucho ni poco con los de la afición tenochca.

El juicio de Gómez Junco es preciso y lapidario: la selmex.com no está jugando a nada y eso es lo que explica que ninguno de sus jugadores tenga un desempeño siquiera similar al que tienen cuando juegan con sus equipos. Palencia, el "Chima" Ruiz, Rafael Márquez cuando están en su equipo juegan a algo y se atienen a una estrategia y a unas funciones determinadas. Lo que ha de ser pavoroso es que los suelten en una cancha, congelada o no, a hacer lo que se les vaya ocurriendo. Los resultados están a la vista: no se les ocurre nada.

El equipo de Estados Unidos ha mejorado mucho. Es posible; pero lo realmente preocupante es lo que ha empeorado el equipo mexicano. En el infame y ratonero juego de Columbus logramos en los primeros minutos deshacernos, por las buenas o por las malas, de dos jugadores claves del equipo norteamericano: McBride y Reyna...

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