¡Corran, que vienen los extraterrestres!

AutorErnesto Diezmartínez

¿Habrá un escritor estadounidense vivo más popular, leído y adaptado al cine y/o televisión que Stephen King? Lo dudo mucho. Desde su primera adaptación fílmica hollywoodense -la legendaria Carrie, en 1976- hasta la más reciente -Riding the Bullet, a estrenarse el año que entra- King ha sido una presencia ineludible en el buen cine de horror (La Hora del Vampiro, El Resplandor, Creepshow, Zona Muerta), en el cine de ciencia ficción con ideas (la olvidada El Sobreviviente), en el thriller más efectivo (Miseria, Eclipse Total, El Aprendiz) y en varias películas en donde se mezclan con buen tino el suspenso, la violencia y el sentimentalismo viril (Cuenta Conmigo, Sueño de Fuga, Milagros Inesperados, Recuerdos del Pasado).

Por todo ello, y porque un servidor le tiene respeto a King como escritor -las novelas que he leído de él nunca se me han caído de las manos- consideré que la adaptación fílmica de El Cazador de Sueños (Dreamcatcher, 2003), dirigida por Lawrence Kasdan y escrita por el propio Kasdan y el experimentado William Goldman, no podía estar tan mal. Por desgracia, me equivoqué.

No he leído la novela -está disponible en español en Plaza y Janés- y no sé qué tanto respetaron los adaptadores la trama del libro, pero en su versión fílmica la historia es un amasijo incoherente de ideas, géneros, subtramas y referencias, que no se salva ni por el delirio, ya que Kasdan no es, en definitiva, el tipo de director que podría aprovechar mejor el gore explícito, la paranoia militar, la escatología desatada y el sentimentalismo elemental que aparecen en el filme.

La historia resulta ser una especie de cinta-suma de referencias literario-cinefílicas de la obra de King: un grupo de cuatro amigos se reúne año con año en una cabaña de Maine (tierra natal de King, por...

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