¡Ay, qué pesada!

AutorArisbeth Araujo

Si el estómago se le inflama cada vez que consume cualquier producto lácteo, puede ser intolerante a la lactosa.

Considerada una enfermedad que afecta al 83 por ciento de los mexicanos, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, la intolerancia a la lactosa es causada por la falta de enzima lactasa, encargada de digerir la lactosa o azúcar de la leche en el intestino delgado.

Muchas veces, la intolerancia viene después de padecer alguna enfermedad digestiva o infección intestinal y se le conoce como secundaria o transitoria porque, en la mayoría de los casos, puede curarse. Ésta es la más común.

Sin embargo, existe la intolerancia por herencia, conocida como primaria o permanente.

Se presenta poco a poco y, a diferencia de la secundaria, es difícil erradicarla.

Ser o no ser

Detectarla es fácil. Los síntomas -distensión abdominal, flatulencias, vómito, y diarreas explosivas y ácidas- aparecen de 30 minutos a dos horas después de consumir alimentos o bebidas con lactosa.

Lo anterior sucede por la insuficiencia de enzima lactasa en el intestino delgado.

La lactosa no se absorbe, se va al intestino grueso, se descompone con la flora intestinal y ocasiona las molestias ya mencionados, explica la nutrióloga Aurora Serralde, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.

Los malestares y su intensidad varían dependiendo de cada persona y de la cantidad de lactosa que pueda digerir, explica la Asociación de Intolerantes a la Lactosa (ADILAC).

Los síntomas se pueden atribuir a otros padecimientos del aparato digestivo, así que antes de...

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