¡Aborten!, ¡Aborten!

AutorBenito Jiménez

A 17 mil pies de altura (poco más de 5 kilómetros), 12 Fusileros paracaidistas se colocaron sus cascos y con el pulgar hacia arriba se desearon suerte. Su objetivo era caer en el Zócalo capitalino, un número programado previo al desfile militar.

Sin embargo, "pelícano", la clave del mando que estaba en tierra retrasó a otros dos minutos el salto. Estaban en pleno ajuste de tiempos.

El helicóptero giró de nuevo para hallar el único hueco, el de la Merced. El capitan Jaime Espinosa, desde la cubierta, desesperaba por encontrarlo.

Las nubes habían tapado la visibilidad. "Hay mucho riesgo, no se ve el objetivo", gritó...

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