¡Que 25 años no es nada!

AutorKaty Díaz

Su historia comenzó hace 25 años, fue en una noche de otoño y en una calle de Buenos Aires. Amanda tenía apenas 17 años de edad y Diego ya era famoso en Argentina, el encuentro entre ellos fue tan casual pero tan intenso que ahora, un cuarto de siglo después, esa magia que los unió esa noche sigue latente.

Lo curioso es que entre los artistas este tipo de relaciones no son tan comunes; las parejas casi siempre terminan distanciándose, algunos dicen que se debe a lo absorbente y celosa que es esta profesión. Sin embargo, Amanda Miguel y Diego Verdaguer sí han sabido combinar, durante todo este tiempo, el trabajo y el amor.

Precisamente ahora están más unidos que nunca, disfrutando el cariño de su hija Ana Victoria y recogiendo aún los frutos que cosecharon hace más de dos décadas. Tienen mucho qué agradecerle al público de Latinoamérica, pero sobre todo al mexicano, pues fue en este país donde ambos se desarrollaron como cantantes y por eso es que ahora iniciarán aquí su "Gira de Plata".

Este espectáculo, de dos horas de duración, consistirá en una remembranza de los éxitos de ambos cantantes; la gira iniciará próximamente en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, para después recorrer diversas ciudades del país y el extranjero.

EL FLECHAZO

Desde que Amanda y Diego se conocieron se enamoraron, él supo en este instante que ella era la mujer de su vida y no descansó hasta que terminaron juntos.

"Diego y yo nos conocimos en 1975. Mi hermana, mi prima y yo íbamos saliendo de un restaurante en Buenos Aires y en el camino nos cruzamos con Diego, él iba manejando una nave último modelo y nosotras íbamos caminando. Mi prima lo reconoció y me dijo 'mira, ahí va Diego Verdaguer', y mientras cruzábamos la calle él nos echó el ojo. Luego se nos perdió y reapareció cuando estábamos llegando a nuestro hotel.

"No puedo negar que volteé a ver si venía o no, pero yo era muy tímida, así que mi hermana Mónica fue la que se le acercó y le preguntó '¿Vos sos Diego Verdaguer?'. Luego de charlar decidimos que las tres íbamos a salir con él, pero pasó un galán por mi hermana y sólo mi prima Martha y yo salimos con Diego", explica Amanda.

Esa noche comenzó la seducción, el romance, y también un descubrimiento profesional, pues Diego quedó cautivado con la potente voz de Amanda.

"Cuando Amanda se sentó conmigo en el auto, me dijo 'yo también canto' y le pedí que me cantara algo y lo hizo. Cantó a capella y me di cuenta que tenía una voz preciosa, así que...

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