Vuelven oficinas última casa de Paz

AutorDora Luz Haw

La casa en la que el Premio Nobel Octavio Paz vivió los últimos meses de su vida, y que, desde diciembre de 1997, era por decreto presidencial sede de la Fundación que llevaba el nombre del poeta, será utilizada para albergar oficinas administrativas de la Comisión de Avalúos de Bienes Nacionales (Cabin), órgano desconcentrado de la Secretaría de la Función Pública.

Empleados de la Cabin, jardineros y obreros revisan y reparan el desolado inmueble de 6 mil 592 metros cuadrados, ubicado en la calle Francisco Sosa 383, en Coyoacán; ya que desde ayer, por un acuerdo firmado el 9 de febrero que se publicó el martes pasado en el Diario Oficial de la Federación, se destinó al servicio de la Función Pública.

Ayer, en la Casa de Alvarado el pasto lucía crecido, había basura por todos lados, la humedad de los cuartos vacíos provocaba un ambiente gélido y persistía el olor de los gatos que acompa- aron a la viuda de Paz, Marie-Jose Tramini.

Según el policía auxiliar que vigila el inmueble, el olor es mínimo en comparación al hedor que había hace dos meses: "Antes ardía la nariz y el pelo se paraba de punta nada más de la apeste. Ahorita ya es un lujo", asegura.

La Secretaría de la Función Pública dio inicio a una investigación, en mayo del a- o pasado, para determinar si la residencia, donada por el ex Presidente Ernesto Zedillo, se dejaría en manos de la Fundación; ya que, por un rompimiento con la viuda, los 11 miembros de su Patronato se retiraron.

Los ex-patronos, entre quienes se encuentran empresarios como Alberto Bailleres, Germán Larrea, Manuel Arango, Emilio Azcárraga Jean y Antonio Ariza, constituyeron el 8 de mayo del 2003 una nueva asociación civil llamada Fundación para las Letras Mexicanas, que preside Miguel Limón Rojas, con el fin de fomentar la literatura del País.

Las aportaciones que hicieron a la Fundación Octavio Paz, cuyo capital ascendía a 11 millones de dólares, pasaron a manos del nuevo organismo.

Estos acontecimientos, así como un documento enviado a la Función Pública por Bernardo Martínez Baca, quien fuera director interino de la Fundación Octavio Paz, en el que menciona que ésta se "extinguió", fueron suficientes argumentos para que la dependencia tramitara la enajenación de la propiedad a favor de la Federación.

Aunque Marie-Jose Tramini aseguró, en una carta enviada a REFORMA el 16 de noviembre del a- o pasado, que aún la Fundación estaba constituida legalmente y que se informaría en poco tiempo de su reestructuración...

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