Vuelven también los muertos a Israel

AutorRicardo Mir

Reforma/Especial

JERUSALÉN.- Ayer comenzó la exhumación y traslado de los cuerpos del único cementerio judío de Gaza, uno de los capítulos más sensibles y controvertidos del plan de evacuación. Las familias de las 48 personas enterradas en el cementerio de Neve Dekalim han llegado a un acuerdo con el Gobierno para no oponerse al traslado a Israel de las tumbas de sus seres queridos, según su representante legal, el abogado Mordechai Mintzer.

De esta forma se cumple el requisito impuesto por la Corte Suprema, que exigía la autorización de las familias antes de proceder a la evacuación del campo santo. Su inicio estaba previsto para la tercera semana del plan de Desconexión, pero la rapidez con que se ha completado el desalojo de los 21 asentamientos de Gaza y cuatro más del norte de Cisjordania ha llevado a las autoridades a adelantar la fecha del traslado.

Para los colonos el adelanto ha supuesto otro agravio más de la larga lista que achacan a las autoridades. "Estas personas están todavía traumatizadas y a pesar de que muchas no saben dónde serán reubicadas se ven obligadas a tomar una decisión tan difícil como elegir dónde enterrar a sus muertos", explica Mordechai Mintzer. El Estado justifica la medida por razones de seguridad y, según anunció, la hubiera llevado a cabo incluso sin el pleno consentimiento de las familias. Tanto apremio se debe a que Gaza será transferida a la Autoridad Nacional Palestina a mediados de septiembre, en lugar del 4 de octubre previsto inicialmente, según ha asegurado el ministro de Defensa Saúl Mofaz.

Yehuda Haimonrrath es uno de esos familiares que han acabado por dar el consentimiento a las autoridades. Hasta el final pensó que se abortaría la evacuación. Pero ahora, el ruido de las excavadoras que arrasan los asentamientos donde vivió con sus seis hijos los últimos 24 años, le han llevado a aceptar la solución pragmática del Gobierno. Teme que cuando el territorio sea transferido a los palestinos alguien profane la tumba de su hija, fallecida al desplomarse el suelo sobre el que bailaba en un salón de bodas de Jerusalén. Con ella y otras personas anónimas, están enterrados tres militares y seis víctimas del terrorismo. "Hasta el lugar de sus tumbas, el Estado lo entrega a sus asesinos", dice con frialdad.

La ley judía prohíbe la exhumación de cadáveres, a menos que se haga por el "honor del fallecido". Como han dictaminado los principales rabinos de Israel, Haimonrrath reconoce que en este caso se cumple...

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